Dado el desastre que ha sido la economía mexicana durante las últimas tres décadas, existen toda una serie de retos que hay que atacar y superar para que México pueda entrar en una senda de crecimiento económico sostenido, principal elemento para aumentar el nivel de bienestar de las familias y abatir la pobreza que aqueja a casi el 50% de la población.

Un primer reto, sin lugar a dudas, es avanzar hacia una mayor fortaleza en la observancia del estado de derecho, lo cual implica actuar en varios frentes. El primero se refiere al cumplimiento de las leyes; México es un país caracterizado por la impunidad con la cual se violan las leyes en prácticamente todas las áreas, aunque destaca la que se registra en materia penal, en donde el 97% de los delitos del fuero común no son castigados. El segundo frente en este reto es lo relativo a la corrupción gubernamental, que deriva en la apropiación por parte de la burocracia de una parte del flujo de utilidades que generan los proyectos de inversión privada, lo que se traduce en menor  inversión y menor crecimiento; el reto es, ahora sí, cumplir la reiterada y nunca cumplida promesa de una menor y una mejor regulación de los mercados así como una mayor transparencia en la adjudicación de contratos por parte del gobierno.

Un tercer frente se relaciona con el papel del poder judicial en la garantía del cumplimiento de contratos; es tal la inseguridad entre los agentes económicos privados de que en caso de incumplimiento de un contrato se podrá recurrir al poder judicial para que éste intervenga imparcial, eficiente y expeditamente que esto inhibe una asignación más eficiente de los recursos, además de desincentivar a la inversión privada y explicar en gran medida el porqué de la tan baja penetración del sistema financiero en la economía, particularmente en cuanto al financiamiento al sector privado.

Un cuarto frente es incrementar la competencia en varios de mercados; se requiere una mayor fortaleza de la Comisión Federal de Competencia Económica para perseguir y castigar las prácticas monopólicas en el país por lo que se necesita, con urgencia, una reforma a la Ley Federal de Competencia.

El quinto se refiere a la rendición de cuentas por parte de los funcionarios públicos, en particular aquellos que fueron electos con el voto popular. De ahí la importancia de aprobar las iniciativas que envió el presidente Calderón al Congreso en materia de reforma política, particularmente las relacionadas con la reelección de legisladores federales y presidentes municipales así como el de las candidaturas independientes.

Un reto adicional que se tiene que superar el próximo año es aprobar una reforma tributaria de fondo que fortalezca estructuralmente las finanzas públicas. Dado que el petróleo está por acabarse, ya no es posible seguir parchando cada año al diseño del sistema tributario. Y también en materia fiscal es importante que el gobierno logre una asignación más eficiente de los recursos públicos así como una mayor eficacia en el ejercicio del gasto público.

Y un último reto: que la selección mexicana de fútbol juegue, finalmente, un quinto partido en el Campeonato Mundial.