El jueves pasado el periódico “El Economista” decía en su primera plana: “Piden legisladores a Gil Díaz explique qué hizo con los excedentes”. Sin duda, un titular muy vendedor. El lector desprevenido imagina que la mayoría de los 628 legisladores está preguntándose qué hizo el Secretario de Hacienda con los ingresos que obtuvo México en estos meses –de enero a julio- por exportaciones petroleras que se realizaron a precios promedio superiores a los 27 dólares el barril (que fue la referencia acordada por el propio Congreso junto con la Secretaría de Hacienda). Suena bien pero es una nota más falsa que un billete de 27 pesos mexicanos. Veamos. 1. Cuando uno lee la nota, firmada por el reportero Mauricio Rubí, encuentra que sólo contiene las declaraciones de un legislador, el senador del PRI Víctor Manuel Méndez Lanz, y que éste, en la versión del periódico, lo más que llega a decir es lo siguiente: “Lo que solicitamos …es transparencia sobre los recursos excedentes y su aplicación, ya que no obstante que se obtiene casi el doble de lo presupuestado, las entidades sólo han recibido poco más de 10% de lo obtenido durante el 2004”. 2. En el mejor de los casos, pues, el senador Méndez especula que los recursos recibidos hasta ahora –y que pueden clasificarse como excedentes petroleros– son mucho mayores que lo que la Federación ha entregado a los estados. Y tiene razón. Pero es así como debe ser y es algo totalmente transparente. Bastaría con que el senador y el reportero leyesen con cierto cuidado el artículo 19 del Presupuesto de Egresos de la Federación para 2005. (Claro, si lo hiciesen se les caería a los dos la nota periodística y así ¿qué chiste tiene?). 3. El artículo 19 –que complementa los artículos 1, fracción VI numeral 21, y 7, fracción XI, de la Ley de Ingresos– señala con toda claridad que sólo el 50 por ciento de esos excedentes se destinará a “gasto en programas y proyectos de inversión en infraestructura y equipamiento de las entidades federativas” (el otro 50 por ciento se le entrega a la propia empresa Pemex). Pero, aún más importante para efectos del “cuento chino” de que nadie sabe dónde están los excedentes, es que el mismo artículo 19 del Presupuesto aprobado por la Cámara de Diputados establece un mecanismo detallado sobre cómo se hará la entrega de esas aportaciones: (A) En el mes de abril de 2005 se distribuirá un anticipo de sólo el 25 por ciento de lo recaudado por excedentes en el primer trimestre (multiplique por favor el total de los excedentes del primer trimestre por 0.5 y el producto multiplíquelo por 0.25 para obtener la cifra correspondiente), (B) en el mes de julio de 2005 se dará un anticipo del 50 por ciento de lo recaudado en el primer y segundo trimestre menos el anticipo del primer trimestre, (otra vez, lo recaudado en los dos trimestres multiplicado por 0.5 y a su vez multiplicado por 0.5 a lo que se resta lo entregado en abril). (C) En el mes de octubre se da como anticipo el 75 por ciento de lo correspondiente a los tres primeros trimestres menos los anticipos anteriores, (de nuevo, hay que multiplicar el total por 0.5 y ese producto por 0.75 a lo cual hay que restar los anticipos de los dos primeros trimestres). Y por último: (D) En el mes de enero de 2006 se entrega la mitad correspondiente a los estados del 100 por ciento de lo recaudado en los cuatro trimestres de 2005 menos los anticipos ya entregados en (A), (B) y (C). Es decir, el total de excedentes recaudados –que para enero ya serán definitivos y no especulaciones inciertas- se divide en dos, recuérdese que la mitad es para Pemex, y a lo que queda se le restan los anticipos entregados en abril, julio y octubre de 2005. Como el senador podrá entender –y si no que le ayude un pasante de contador o un mediano estudiante de aritmética- es obvio, claro, definitivo y transparente que los recursos entregados en la primera mitad del año –digamos, abril y julio- son muy inferiores al total de los excedentes. Esto es así, porque con excelente lógica previsora el artículo 19 –que el senador parece ignorar- obliga al fisco a guardar 75 por ciento de los excedentes del primer trimestre, 50 por ciento de los excedentes del segundo trimestre y 25 por ciento de los excedentes del tercer trimestre ya que nadie tiene la absoluta certeza de que los precios se mantendrán en determinado nivel a todo lo largo del año. La palabra clave, señor senador y señor reportero, es anticipos porque en sentido estricto NO SABREMOS EL MONTO TOTAL DE LOS EXCEDENTES HASTA QUE TERMINE EL AÑO. ¿Se entendió o los mandamos de nuevo a la escuela?