He venido comentando sobre el preocupante (por el hecho del endeudamiento gubernamental), a la vez que maravilloso (por el plazo), tema del préstamo, ¡¡¡a cien años!!!, que, por mil millones de dólares, se le ha otorgado (si es a cien años, ¿a quién realmente se la he otorgado?), al Gobierno Federal, préstamo que, sobretodo por el plazo, plantea algunas preguntas pertinentes: 1) Dentro de cien años, ¿seguirá circulando el dólar? 2) A lo largo de los próximos cien años, ¿cuál será la inflación, información necesaria para calcular correctamente el interés real? 3) Dentro de cien años, ¿seguirán existiendo los Estados Unidos Mexicanos, y por ello un gobierno mexicano responsable por la deuda? 4) ¿Es correcto que un gobierno contraiga deuda que tendrá que liquidar otro gobierno? 5) ¿Resulta adecuado que el gobierno contraiga deuda nueva para pagar deuda vieja?

Más allá de dichas preguntas, y de sus respuestas, ¡que no se conocerán hasta dentro de cien años!, razón por la cual se debe ser más sensato a la hora de fijar plazos de préstamos, centro la atención en el siguiente párrafo, extraído del comunicado de la SHCP, en el cual se nos informa del mentado préstamo, en el que se apunta que “la operación tuvo una demanda de 2.5 veces el monto emitido con una participación de aproximadamente 113 inversionistas institucionales de Estados Unidos, Asia, Europa, Sudamérica y México”, y que “lo anterior pone de manifiesto la confianza del público inversionista en la política económica que se viene instrumentando en la presente Administración”, política económica que, sobre todo en lo hacendario, se presume como responsable, siendo que no hay que confundir menos irresponsable con totalmente responsable.

La política hacendaria de la actual administración ha resultado, comparada con la de gobiernos anteriores, menos irresponsable, pero dista mucho de ser totalmente responsable, siendo una buena muestra de ello, ni más ni menos, las deudas contraídas, por medio de Bonos Globales, ¡que no agotan el endeudamiento del gobierno!, en lo que va del sexenio: enero 2007, septiembre 2007, enero 2008, septiembre 2009, abril 2010, octubre 2010, más “la colocación de un bono denominado en yenes japoneses que el Gobierno Federal llevará a cabo durante el mes de octubre”, según ha informado la misma SHCP.

Hay, en materia de financiamiento del gasto gubernamental, irresponsabilidades más graves que otras: es más grave financiar gasto gubernamental con emisión primaria de dinero que con deuda, pero el financiamiento con deuda, ¡sobre todo cuando se convierte, tal y como ha sucedido, en medio ordinario de financiamiento!, no deja de ser irresponsable, sin olvidar que el dinero para pagar lo que debe lo saca el gobierno de los impuestos, por lo que al final de cuentas todo el gasto gubernamental se financia con ellos.

¿Qué tanta confianza merece un gobierno que financia parte de su gasto con deuda? Más de la que merece uno que lo hace con emisión primaria de dinero, pero menos de la que merece otro que financia todo su gasto, como debe ser, con impuestos.