Para derrotar la maquinaría del PRI en el estado de México se requeriría un juego perfecto, sin un solo error. Una selección de los dos principales rivales ayudaría mucho. Al contender por separado, el PRI y el PAN sólo dividirán el voto de la oposición y harán más difícil la victoria. Pero si a esto se añade que los dos rivales se están golpeando abiertamente, lo único que harán es facilitar el triunfo del partido que dicen que quieren derrotar.
Dicen que con frecuencia los partidos de futbol no los ganan los equipos que triunfan sino que los pierden los perdedores. Más que el juego acertado de la escuadra triunfadora, lo que pesa en el marcador final son los errores de los derrotados. Lo mismo suele ocurrir en la política.
Por lo menos en el comienzo del proceso electoral del estado de México el partido gobernante, el PRI, ha logrado hacer su trabajo previo sin cometer errores. El proceso de eliminación de los aspirantes a la candidatura se realizó con relativa suavidad y sin dejar resentimientos que se reflejaran en divisiones dentro del partido y menos aún en priistas postulándose por otros partidos políticos, como ha ocurrido recientemente en Guerrero, Durango y Sinaloa.
Eruviel Ávila, quien era presidente municipal de Ecatepec, el municipio más poblado del país, fue el designado. Los aspirantes descartados, entre ellos el diputado Luis Videgaray, que algunos consideraban el favorito del gobernador Enrique Peña Nieto, y Alfredo del Mazo Maza, presidente municipal de Huixquilucan, heredero de dos ex gobernadores, tomaron la decisión cuando menos con filosofía y disciplina.
Pero no sólo logró el PRI evitar errores en el proceso de destape interno, sino que además consiguió el respaldo de otros dos partidos políticos para su candidato. El Partido Verde, que tiene una presencia bastante fuerte en la entidad, se ha unido ya a la candidatura del PRI. También lo ha hecho Nueva Alianza, el Panal, el partido de la maestra Elba Esther Gordillo, que lleva consigo el respaldo de los votos que por las buenas o las malas se arranque a los integrantes del sindicato de maestros.
Mientras el PRI ha consolidado a su candidatura, el PAN y el PRD, que promovieron una consulta que aprobó de manera mayoritaria una alianza entre los dos, han estado más ocupados en pelearse entre ellos que en enfrentarse a la maquinaría del PRI. La propuesta de alianza ha terminado por desvanecerse en una avalancha de descalificaciones que han terminado por afectar a los dos partidos. La situación ha llegado a un grado tal que el secretario particular del presidente Felipe Calderón, Roberto Gil Zuarth, tuvo que salir a una conferencia de prensa para desmentir a la secretaria general del PAN, Cecilia Romero, quien dijo después de una reunión con el mandatario que éste apoyaba la alianza entre su partido y el PRD. También Gil salió al paso de declaraciones de Andrés Manuel López Obrador quien dijo que tenía pruebas de que el presidente le había ofrecido “directamente” a Alejandro Encinas la candidatura del PAN y el PRD al estado de México, aunque López Obrador no ha presentado hasta ahora las pruebas.
Para derrotar la maquinaría del PRI en el estado de México se requeriría un juego perfecto, sin un solo error. Una selección de los dos principales rivales ayudaría mucho. Al contender por separado, el PRI y el PAN sólo dividirán el voto de la oposición y harán más difícil la victoria. Pero si a esto se añade que los dos rivales se están golpeando abiertamente, lo único que harán es facilitar el triunfo del partido que dicen que quieren derrotar.
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