Pocos en la historia de la humanidad han tenido un impacto tan grande sobre un número tan importante de personas como Steve Jobs. Su biografía es casi un cuento de hadas.
Pocos en la historia de la humanidad han tenido un impacto tan grande sobre un número tan importante de personas como Steve Jobs. Su biografía es casi un cuento de hadas. De ser un niño no querido dado en adopción a su nacimiento y un joven rebelde que nunca concluyó los estudios universitarios, se convirtió en uno de los empresarios más exitosos de la historia a pesar de haber empezado su negocio desde cero en una cochera.
El propio Jobs dijo en 2007 que “Cada determinado tiempo un producto revolucionario aparece que cambia todo… Uno es afortunado si consigue trabajar en uno de ellos en su carrera. Apple ha tenido la fortuna de introducir varios al mundo.” La lista de productos surgidos de la imaginación de Jobs es en realidad impresionante.
Fue él quien elaboró el primer sistema operativo para computación con interacciones gráficas. Los actuales programas de Windows de Microsoft fueron inspirados originalmente por el sistema operativo de Apple. Las computadoras no tenían mouse o ratón antes de que Jobs introdujera estos aditamentos en la industria. Tampoco eran centros de entretenimiento con bocinas de alta fidelidad.
La idea de comprar música y videos por internet surge y se desarrolla en Apple. Las i-Pods, pequeños dispositivos portátiles que de ser versiones actualizadas del Walkman de Sony para escuchar música se transformaron en avanzadas computadoras con conexión a internet y cámaras integradas de fotografía y video, revolucionaron muchos campos de la actividad empresarial y de la cultural también. Los i-Phones tomaron todo lo que había en las i-Pods, pero les añadieron una mayor conectividad al fusionarlos con teléfonos celulares.
Las i-Pads eran en un principio versiones gigantes de los i-Pods, pero poco a poco fueron adquiriendo también capacidades nuevas. Hoy se han convertido en una categoría completamente distinta de productos de consumo, las tablets. Todos los productores han tratado de imitar el éxito de Apple, pero ninguno lo ha logrado.
Habría que remontarse a los tiempos de Henry Ford, el creador de la producción en serie, o de Thomas Alva Edison, el prolífico inventor, para encontrar a empresarios que hayan tenido un impacto similar al de Jobs en la vida cotidiana de tantas personas. Pero al contrario de ellos, Jobs era además un hombre de una personalidad muy atractiva. Cuando hacía presentaciones de nuevos productos de consumo, siempre en la sede central de su empresa en Cupertino, California, los reporteros adiestrados en el arte de la objetividad, o por lo menos en el de aparentar objetividad, rompían en aplausos al verlo. Jobs era como una estrella del rock.
La misma fuerza de Jobs, sin embargo, se convierte hoy, tras su fallecimiento el 5 de octubre a los 56 años de edad, en un reto enorme para la empresa Apple que él convirtió en la segunda del mundo en cualquier especialidad y que alcanzó un valor de mercado de 340 mil millones de dólares. Si bien Apple está llena de ingenieros, inventores y mercadólogos de primer nivel, será difícil encontrar a alguien que pueda conjuntar todos estos aspectos y que ejerza el liderazgo excepcional que durante tanto tiempo mantuvo Jobs.
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