A lo largo del primer trimestre de 2012 el Producto Interno Bruto - la producción de bienes y servicios - creció en términos anualizados 4.6 por ciento, crecimiento que se compara favorablemente con el obtenido a lo largo de los cuatro trimestres anteriores, los de 2011, y que fue el siguiente: primer trimestre, 4.4 por ciento; segundo, 3.1; tercero, 4.3; cuarto, 3.9.

Durante el primer trimestre de 2012 se logró el mayor crecimiento de los últimos cinco trimestres, desde que se agotó el efecto “rebote” que se registró durante los tres primeros trimestres de 2010, efecto que consiste en el hecho de que después de una caída considerable del PIB, como la que se tuvo durante los tres primeros trimestres de 2009 (menos 7.2, menos 9.4 y menos 5.3 por ciento), los resultados en materia de crecimiento resultan inusualmente elevados, como lo fueron los de los tres primeros trimestres de 2010 (4.7, 7.8 y 5.3 por ciento).

Para darnos una idea de cuál es la situación en materia del PIB, con todo lo que ello supone, comenzando por la generación del ingreso, tengamos en cuenta que durante los seis trimestres anteriores a la recesión (del primero del 2007 al segundo del 2008) el crecimiento promedio anual del PIB fue del 2.8 por ciento. A lo largo de los últimos seis trimestres (del cuarto de 2010 al primero de 2012), una vez superado el efecto “rebote”, el crecimiento promedio anual del PIB fue del 4.1 por ciento, 47 por ciento mayor, lo cual es una buena noticia a la que hay que sumarle esta otra: el buen desempeño de la inversión fija bruta, que es la que se realiza en instalaciones, maquinaria y equipo, y que es la que sirve de soporte al resto de las inversiones, desde la investigación científica y el desarrollo tecnológico, hasta la educación y capacitación, inversión que se define como todo gasto destinado a producir más y mejor, inversión de la cual depende el comportamiento del PIB y, por lo tanto, el crecimiento de la economía.

Durante el primer trimestre de 2007 y 2008, antes de la recesión, la inversión fija bruta creció, respectivamente, 7.9 y 4.4 por ciento; a lo largo del primer trimestre de 2009, en plena recesión, se contrajo 7.8 por ciento; entre enero y marzo de 2011, ya transitando por el camino hacia la recuperación, se redujo solamente 0.1 por ciento; durante el primer trimestre de 2011 y 2012 dicha inversión creció 10.2 y 8.6 por ciento, respectivamente, porcentajes más que aceptables. El crecimiento promedio de la inversión fija bruta, para los primeros trimestres de 2007 y 2008, antes de la recesión, fue 6.2 por ciento; para 2011 y 2012, después de la recesión, 9.4.

Dadas estas cifras - la del PIB, que nos da una buena panorámica de la situación de la economía, y la de la inversión, de la cual depende el PIB -, ¿se puede usar, honestamente, y con fines electorales, el argumento de que la economía no avanza?