El INEGI publicó los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares correspondientes al año 2012. Hay, en esta encuesta, datos muy relevantes que tienen que ser considerados en el diseño e instrumentación de las políticas públicas.

Un primer dato relevante es que aunque el ingreso promedio trimestral por hogar, que ascendió a 38,125 pesos (a precios de 2012), aunque fue 1.5% superior al de 2010, es inferior en 11.1% al de 2008. Aunque esto refleja la grave recesión por la que atravesó la economía en 2009, resultado de la crisis financiera internacional, también es un indicador del muy bajo crecimiento que hemos experimentado. Es claro que se requiere un mayor y sostenido crecimiento económico para que el ingreso de la población, y en consecuencia su nivel de bienestar, también se incrementen. Y al respecto, las cosas no pintan muy bien, dado que se espera que este año la economía crezca solamente 2.8%, lo que representaría un práctico estancamiento del PIB por habitante.

Otra información relevante es lo correspondiente a cómo está distribuido el ingreso nacional por hogares, la que se presenta en el siguiente cuadro:

Como puede observarse, el ingreso del decil más alto de ingreso es casi 20 veces mayor que el decil de más bajos ingresos. Destaca también, por lo mismo, la notoria inequidad en la distribución del ingreso. Que más del 50% del ingreso nacional se concentre en el 20% de la población, se convierte en una notoria limitante para un sólido crecimiento del mercado interno de bienes de consumo. Como está distribuido el ingreso no es neutral sobre el crecimiento económico y de ahí la importancia, como objetivo de política pública, lograr una mayor equidad. En este sentido, es indispensable aumentar la cantidad y calidad del capital humano, eliminar toda práctica monopólica en la economía dado que tiene un impacto regresivo al afectar relativamente más a los hogares más pobres, eliminar todas las barreras al crecimiento del sector formal de la economía y al aumento en la productividad, así como eliminar todos aquellos subsidios regresivos como son el de la gasolina, la electricidad y muchos que se otorgan al sector agropecuario (del ingreso monetario total del decil más alto de ingresos, el 15.3% correspondió a transferencias, principalmente gubernamentales. ¿Justicia Social?).

En lo que toca al gasto de los hogares, destaca que mientras el decil de ingresos más bajos destina el 52.1% de su ingreso a alimentos, bebidas y tabaco, para el quinto este rubro representa el 41.3% de su ingreso y para el decil de ingresos más altos el 22.8%. Dado que en la reforma tributaria se está considerando, como tiene que ser, eliminar la tasa 0 a alimentos y bebidas, es crucial diseñar políticas compensatorias para la población de menores ingresos.

Con estos datos podemos concluir que la hemos hecho muy mal en el proceso de desarrollo económico.