“Vamos a privilegiar el diálogo” dicen y dicen y siguen pica y pica, repica y repiqueteando los declarócratas oficiales y los comentócratas de todo pelaje y geometría. Hay que privilegiar el diálogo con los maestros (nadie habla de privilegiar la ley).

Soñé que dialogaba con uno de ellos; no supe quién, porque estaba encapuchado. Yo procuraba (sin éxito) mantener mi precaria salud mental, enfriar mis sobrecalentadas neuronas e inyectar un hálito de sensatez a tan incomprensible como privilegiado “diálogo”.

Yo: Maestro, todo el mundo dice que hay que privilegiar el diálogo pero yo estoy contra los privilegios. Usted, como maestro, sabrá que la raíz de privilegio es “ley privada”. Yo, liberal como soy, creo que la ley es igual para todos. ¿O no?

Maestro: Pos claro que no porque resulta de que nuestras causas sociales no son privilegio porque las conquistas sindicales de nuestro sindicato no pueden ser privilegio y lo que hay que privilegiar es el diálogo y pos entonces lo que pasa

Yo: Pero dígame por favor. Por un lado el secretario de Educación Pública dice que no dialogará con ustedes mientras no obedezcan la Constitución porque ya en este sexenio se pasaron dialogando con el subsecretario de Gobernación, al que parecían decirle “Mira anda y bájate los pantalones antes de entrar a la mesa de diálogo” y les dio cuanto pidieron y así duraron meses y meses. ¿O no fue así? ¿Qué juego es este?

Maestro: Lo que pasa es que estamos defendiendo el derecho a la educación y ellos ya lo ves que la quieren privatizar y como nosotros somos avanzados y progresistas por eso exigimos que no cambie nada en el asunto educativo.

Yo: ¿Pero qué tiene que ver defender la educación con no educar, o con bloquear calles y refinerías e incendiar coches o por qué hacen ustedes eso en vez de enseñar?

Yo: Ah, y por dignos no educan a los niños de Oaxaca ni de Chiapas ni de tantos lugares donde echan a perder la vida de la gente que no está en su coordinadora.

Maestro: Nosotros no hacemos eso porque son los infiltrados del gobierno los que están en eso porque como ves nuestra lucha es pacífica.

Yo: ¿Y el periodista asesinado por retratar los saqueos y el robo a una tienda?

Maestro: Todo es culpa del gobierno y de los infiltrados de ellos del gobierno de Peña.

Yo: ¿Y le parece bien rapar a maestras y humillar y hacer caminar descalzos con letreros de traidores a los que sí trabajan? Los llaman a ustedes fascistas pero más bien se parecen a los muy comunistas Guardias Rojos de Mao, que hacían eso en China contra sus enemigos. ¿Hacer eso a sus compañeros maestros le parece respetar su dignidad?

Maestro: Nosotros respetamos los derechos humanos porque somos bien democráticos.

Yo: ¿Pero cómo democráticos si no obedecen ninguna ley y atacan con violencia el derecho ajeno?

Maestro: Lo que pasa es que eres neoliberal y estás con el maldito gobierno de Peña y es que como ves nuestra lucha es ora sí que pacífica.

Yo: Pues qué pacífico es agarrar a policías a machetazos en la cabeza y cortarles dedos y hacer que uno de ellos pierda un ojo.

Maestro: Eso no lo hicimos nosotros porque Peña nos está echando la culpa porque la policía federal nos atacó a balazos y entonces esteee

Yo: Si la policía es la que hizo todo el daño ¿por qué hay 15 policías heridos?

Maestro: Pues por eso.

Yo: No entiendo nada. ¿De qué quieren dialogar?

Maestro: Hay que privilegiar el diálogo porque rechazamos la represión y porque el gobierno está atacando nuestra lucha pacífica.

Yo: ¿Pero que quieren ustedes?

Maestro: Ah pos en el mesa de diálogo pa empezar nos tienen que liberar a los presos políticos y mantener la estabilidad laboral y echar patrás toda la reforma educativa y las demás reformas estructurales y además tiene que renunciar Nuño y tiene que irse Peña y sacar a las policías de todas las áreas donde estamos bloqueando y

Yo: ¿Eso nomás para empezar? Porque todas las autoridades han dicho que ustedes tienen que aceptar lo que dice la Constitución. ¿Y si no les aceptan sus demandas qué van a hacer o cómo van a continuar con el diálogo?

Maestro: Pues eso.

Yo: Ah. Muy claro.

Maestro: ¡La CNTE unida jamás será vencida!

Yo: Además exigen que salgan libres los líderes que han robado millones y millones durante décadas a los mismísimos agremiados suyos. ¿Qué no entienden que son cómplices de delincuentes?

Maestro: Pos es que ¡presos políticos libertad!

Yo: Y si apresaran a los secuestradores de niños y macheteadores de policías y saqueadores de tiendas e incendiarios de coches y bloqueadores de caminos y ultrajadores de maestros y hasta asesinos de un periodista, serán presos políticos pero eso sí, tendrán plaza vitalicia los trabajadores aunque no trabajen y pase automático sin examen los estudiantes normalistas aunque no estudien.

Maestro: La dignidad no se negocia.

Yo: Ah, y dígame por favor dónde dejan ustedes la dignidad de los alumnos sin clases y de los padres de familia y de la gente que murió porque ustedes bloqueaban hasta a las ambulancias, y los negocios quebrados y la gente que ha perdido su empleo por su culpa.

Maestro: Por eso.

Yo: ¿Y estarán sentados en la mesa sus aliados guerrilleros? ¿Está de acuerdo con todo eso López Obrador?

Maestro: Hay que votar por Morena. ¡Solución solución no queremos represión!

Yo: ¿Y la gente que no encuentra gasolina ni comida en los supermercados y pierde su trabajo mientras ustedes llaman estabilidad laboral a la garantía privilegiada de mantener su chamba a cargo de los contribuyentes aunque no hagan nada, a diferencia del resto de la gente?

Maestro: Los maestros democráticos no caeremos en provocaciones y por eso tiene que largarse la policía federal donde estamos provocando este desmadre.

Yo:
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No pude seguir ese diálogo imposible. Aún dormido, columbré el panorama de esa guerrilla marxista maoísta a la que no le importa la educación sino echar a perder Oaxaca y tomar todo el sur. Pensaba en mi México en llamas y repleto de incontrolada violencia mientras las autoridades prometen no permitir la violencia y aplicar todo el peso de la ley caiga quien caiga y alaban el estado de derecho mientras privilegian el diálogo con la pared.

Pensé en la gente no estructurada en sindicatos de ombligo permanente, ellos que viven de su trabajo y no de nuestros impuestos. Pienso en las víctimas silenciosas que nadie ve y con quien nadie privilegia el diálogo, menos que nadie las comisiones de derechos humanos. Pienso en el pueblo llano, abandonado por un gobierno paralítico atenazado por el miedo a un enemigo de los mexicanos que está quizá dispuesto a todo con tal de generar odio e imponer violentamente sus delirios de poder.