Rogelio Ramírez de la O, coordinador en materia de economía de AMLO, señaló que “reducir el gasto burocrático, mantener un equilibrio en las finanzas públicas y aumentar el gasto social, son algunas directrices del programa económico de Andrés Manuel López Obrador”. A lo anterior hay que agregarle que, tal y como lo ha mencionado varias veces el mismo candidato, la reducción de ciertos gastos gubernamentales será de 100 mil millones de pesos, mismos que se destinarán al aumento de otros gastos del gobierno, en concreto el social, 100 mil millones de pesos equivalentes al 5.3 por ciento del gasto neto total de la Federación para este 2006. Al respecto hay que hacer una pregunta, una consideración y una aclaración.

Pregunta: ¿cuál será la reacción de aquellos burócratas cuyo presupuesto se verá afectado por la reasignación del gasto gubernamental? ¿La aceptarán si rechistar o, por el contrario, estarán dispuestos a defender su tajada de presupuesto machete en mano? Y si machete en mano salen a defender su tajada de presupuesto, ¿cuál será (suponiendo que llegue a la Presidencia de la República) la reacción de López Obrador?

Consideración: el gasto gubernamental se divide en tres –burocrático o corriente, en inversión y social- y lo más probable es que, como lo señaló Ramírez de la O, se recorte el burocrático (compuesto de los sueldos, salarios, honorarios, prestaciones y demás pagos a la burocracia gubernamental), ya que sería un grave error recortar el gasto en inversión (que, bien hecho, puede ser el más productivo, o menos improductivo, del gasto gubernamental), tomando en cuenta que el objetivo es aumentar el gasto social (que tiene como fin la ayuda a lo más pobres en materia de alimentación, atención médica, educación, etc.) por lo que, ¡obviamente!, no se recortará.

Aclaración: si los 100 mil millones de pesos se pretenden ahorrar recortando el gasto burocrático (sería un error recortarlos del gasto en inversión e ilógico hacerlo del gasto social), integrado por los pagos a la burocracia, ¿habrá tela de dónde cortar? Veamos: la partida de previsiones salariales suma, en el Presupuesto de Egresos de la Federación, del 2006, 2 mil 992 millones 844 mil 049 pesos, de los cuales se tendría que echar mano para ahorrar 100 mil millones. El único problema es que esa, la partida de previsiones salariales, con sus 2 mil 992 millones 844 mil 049 pesos, equivale al 2.9 por ciento de los 100 mil millones de pesos que se pretenden ahorrar.

Lo anterior quiere decir que, suponiendo la eliminación completa de los recursos para pagar a la burocracia, desde el Presidente de la República hacia abajo, el ahorro logrado sería de solamente el 2.9 por ciento de lo propuesto. AMLO, y su asesor en materia de economía, ¿habrán hecho bien las cuentas?

Resumiendo. Uno: ¿cuál será la reacción de aquellos burócratas cuyo presupuesto se verá afectado por la reasignación del gasto gubernamental? Dos: el único gasto susceptible de ser recortado es el burocrático, ya que recortar la inversión gubernamental sería un error, y hacerlo con el gasto social un contrasentido. Tres: las previsiones salariales (gasto burocrático) del gobierno suman 2 mil 992 millones 844 mil 049 pesos, el 2.9 por ciento del ahorro que AMLO pretende lograr. Tomando en cuenta todo lo anterior, ¿qué tan factible es la propuesta del candidato perredista?