Una economía que busque mejorar su desempeño, puede hacerlo mediante una fuerte inversión en bienes de capital importados, pero requiere mercados laborales flexibles que maximicen la interacción entre capital humano y tecnología.
El incremento de la renta de una economía está en función del avance de la productividad en sus empresas. El aumento de la producción es la única vía segura para incrementar el ingreso de las personas sin generar escasez de bienes y servicios a un grado que produzcan niveles inflacionarios fuera de control. Los avances en productividad han permitido a la sociedad tener mayor acceso a bienes y servicios que hace 30 años solo eran accesibles para personas de alto ingreso.
Existen dos vías principales para que los procesos productivos incrementen el monto de bienes y servicios que generan: por la vía de la acumulación de los factores, maquinaria y trabajadores; y la vía de la eficiencia, mediante mejoras a la tecnología. Cabe mencionar que éstas no son excluyentes, y de hecho en una economía funcional casi siempre se presentan juntas, es decir, el crecimiento de la producción se da por la incorporación de cada vez más y mejores equipos y más y mejores trabajadores, formando un binomio inseparable. No importa cuán grande sea la mejora en las herramientas y los equipos, ésta no se reflejará en la productividad si los trabajadores no tienen la capacidad de hacer uso óptimo de las mismas. Recordemos que el capital humano y el capital físico son interdependientes. Una tecnología muy sofisticada, sin el capital humano requerido generará una productividad de cero y lo mismo sucederá a un trabajador muy especializado sin la tecnología correcta.
Es importante que el trabajador tenga flexibilidad para adaptarse a los cambios en los inventarios de tecnología, en algunos años existirán diferentes tipos de trabajos, o los trabajos se harán de forma diferente. Es posible que en algunos años el equipo tecnológico y las herramientas sean diferentes. Si el trabajador tiene las fundaciones de polivalencia para adaptarse, será capaz de tomar nuevos retos.
También es importante que, para poder lograr incrementos en la productividad, el factor trabajo goce de la máxima movilidad, es decir, que las personas competentes puedan trabajar con las empresas más innovadoras. Los mercados laborales rígidos reducen la movilidad de los mejores trabajadores a las mejores empresas. De esta forma podría existir una mejor interacción entre el capital humano y la tecnología, haciendo que el capital humano pueda asociarse a la mejor tecnología disponible y apropiada.
Si la productividad aumenta, más valor se crea y los salarios aumentan, una mayor productividad hace que los trabajadores tengan más oportunidades de ser contratados, creándose nuevos empleos. Es menester un mercado laboral flexible para que los trabajadores tengan movilidad de integrarse a las empresas productivas, ya que las malas políticas laborales pueden destruir la productividad de las empresas al deprimir la productividad del trabajo y la tecnología. Además las políticas industriales pueden deprimir la productividad del trabajo y la tecnología.
La capacitación es importante para una mayor integración en las cadenas de valor mundiales, para de esta forma obtener más de la inversión extranjera y no solamente participar en el ensamble final sino también en la concepción del producto, diseño, marketing. Ya que hoy en día los diferentes países participan en la cadena de valor donde tienen la ventaja comparativa dada por la dotación de factores.
En un mundo más competitivo la libertad de comercio es importantísima, ya que obtener equipos y herramientas más sofisticadas se convierte en una tarea relativamente sencilla si se puede importar de cualquier parte del mundo, y no existen barreras al comercio, pues basta con una investigación en Internet para conocer el estado del arte en determinado campo y para saber dónde se encuentra la tecnología de frontera, lo demás es una simple transacción comercial que requiere de muy poco esfuerzo en un contexto económico.
El caso del factor trabajo no es tan sencillo. A pesar del grado de integración en las cadenas de valor que han alcanzado los países que se han integrado a la OMC y otros tratados, y de las facilidades que existen para el flujo de dinero, mercancías y maquinaria a través de las fronteras, son muchos los factores que impiden que los trabajadores gocen del mismo grado de movilidad que los otros factores de producción. Todo lo anterior implica que una economía puede mejorar el acervo de capital productivo aunque no tenga la ventaja comparativa de fabricar sus propias maquinas, simplemente importándolas, pero no podría hacer lo mismo con los trabajadores.
Es menester incorporar las mejores prácticas mundiales en términos de capacitación, pero con objetividad. Se puede tomar lo mejor del sistema alemán y suizo. Un ejemplo puede ser el Sistema de aprendiz suizo, que permite una alta especialización técnica y académica más adelante. El economista Pierre Bessard indica que el sistema de aprendiz suizo es una herramienta de integración social poderosa donde un joven de 16 años, tiene la responsabilidad de un trabajo, se basa en la ética de la reciprocidad del mercado. Los jóvenes aprenden una profesión y se convierten en miembros a plenitud de la sociedad, en vez de sentirse frustrados. Muchos trabajadores altamente capacitados empiezan su carrera como aprendiz técnico antes de buscar una carrera universitaria, si así lo desean. Suiza tiene mas graduados de escuelas técnicas que universitarias.
En el Sistema vocacional alemán, los estudiantes escogen en su adolescencia el camino que seguirán, el cual está basado en técnica a lo contrario de puramente académico. Los jóvenes trabajan para una compañía la mitad del año, y la otra mitad del año en el estudio. Si el trabajador decide continuar con un camino diferente, es más fácil y no habrá perdido 4 años de estudios superiores. El sistema alemán está basado en una mano de obra altamente especializada. El trabajador tendrá las capacidades técnicas que serán siempre valoradas. Sin embargo, el Sistema vocacional alemán debe verse con objetividad, ya que tiene la desventaja que desde una edad corta el sistema canaliza los estudiantes hacia ciertos oficios, y puede crear cierta inflexibilidad. Por lo que es importante que los estudiantes tengan la libertad de hacer cambios si lo requieren y no quedarse atrapados en un oficio.
En conclusión, una economía que busque mejorar su desempeño, puede hacerlo mediante una fuerte inversión en importar bienes de capital, pero si no forma por sí misma el capital humano necesario para una combinación óptima, esta inversión no dará los resultados esperados; se requieren mercados laborales flexibles que maximicen la interacción entre capital humano y tecnología.
EntrarTanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.