Muchos comentaristas han lamentado que el presidente de México no asista a la reunión del G20 que hoy se inicia en Osaka, Japón, con la participación de los jefes de Estado o de Gobierno de los 19 países restantes, más 8 invitados que incluyen a los líderes de Chile, Egipto y Vietnam.

Me parece que fue correcta la decisión de AMLO de ausentarse de un proscenio en el que no tenía nada que aportar y que representa la antítesis de las creencias del insigne nativo de Macuspana, joya del trópico tabasqueño en la que nació y aldea que define su muy peculiar cosmogonía.

El temario que tratarán los líderes del ahora G19, explica por qué elogio su ausencia:

• Economía Global, rubro en el que se define “la misión central de establecer los cimientos económicos para alcanzar un proceso de crecimiento de la economía global sustentable e incluyente,” lo opuesto a su agenda. En este tema se debatirá promover la inversión en infraestructura de calidad, el reverso a lo que hace su gobierno al tirar a la basura la enorme inversión del indispensable nuevo aeropuerto de la capital, entre otros muchos casos.

• “Comercio internacional e inversión son importantes motores de crecimiento, productividad, innovación, creación de empleo y desarrollo,” incompatibles con la posición de AMLO de rechazar la inversión extranjera en energía, definir la autosuficiencia alimentaria como prioridad, y objetar la innovación y a sus creadores, para enaltecer, en su lugar, “los usos y costumbres de los pueblos originarios.”

• “Innovación, que incluye la digitalización, alienta el crecimiento económico y el aumento en la productividad, al tiempo que determina su impacto en los mercados laborales. En Japón se privilegiará el papel crucial de las cifras y la información,” lo que está peleado con quien niega la realidad porque él “tiene otros datos”.

• Medio ambiente y energía. Con objeto de atenuar la generación de gases que resultan dañinos al medio ambiente, el G19 propone acelerar la adopción de tecnologías limpias como fuente de energía, justo lo opuesto a lo que hace el gobierno de México al regresar al petróleo y el carbón, rechazando frontalmente técnicas innovadoras, como la eólica y el fracking.

• Empleo y políticas que mejoren la gobernanza de los mercados laborales, sus instituciones y marco legal, más las estrategias que eleven la productividad de la mano de obra, todo ello antitético a lo que ocurre en México que resucita el sindicalismo de Estado con “líderes” impresentables y promueve una pésima educación pública en manos de sindicatos cavernícolas.

• Los otros temas, como empoderamiento femenino, desarrollo sustentable y salud priorizan la educación en ciencia, matemáticas, ingeniería, tecnología, privilegiando el papel de la mujer en los mercados laborales y garantizado acceso a una cobertura de salud de calidad a toda la población, todo ello lo opuesto a lo que desbarata el gobierno mexicano.

¡Qué bueno que decidió quedarse en el terruño el hijo más ilustre de Macuspana!