Oaxaca ha sido ahora el escenario de un conflicto supuestamente laboral que tiene realmente trasfondo político.

Los maestros de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) no sólo han estado en paro, como lo han hecho desde hace 26 años todos los meses de mayo, sino que tomaron 50 manzanas del centro histórico de la ciudad de Oaxaca desde hace más de tres semanas. Ese paro ha paralizado la actividad económica en la capital del estado y ha generado fuertes pérdidas económicas y de empleo.

El gobernador Ulises Ruiz trató de actuar en beneficio de la comunidad al ordenar la intervención de la policía para levantar el plantón. No era una tarea fácil. Son 40 mil los maestros de la sección 22 del SNTE que están en huelga y cuando menos 15 mil de ellos se encontraban en plantón en el centro de la ciudad. El gobernador pidió apoyo de la Policía Federal Preventiva para llevar cabo la acción, pero el gobierno panista de Vicente Fox no quiso apoyar a un gobernador no sólo priísta sino cercano al candidato del PRI a la Presidencia Roberto Madrazo.

De esta manera el contingente policíaco que participó en el desalojo era de apenas unos mil efectivos, claramente insuficiente para llevar a cabo la operación. Como consecuencia varios policías fueron golpeados y heridos, y al final las autoridades debieron ordenar el retiro de la fuerza pública. Sólo entonces intervino la Secretaría de Gobernación del gobierno federal para establecer una mesa de negociación.

La politización se ha manifestado a todo lo largo de este conflicto. La petición original de los líderes de la sección 22 era la rezonificación de los maestros, lo cual implicaba un aumento automático de ingresos. El gobierno federal panista rechazó la petición, que lo habría obligado a rezonificar a todos los maestros del país, argumentando que el costo era demasiado y que no había recursos para ello. Incluso el gobernador ofreció aportar 60 millones de pesos del erario estatal a los ingresos de los docentes. Pero los maestros oaxaqueños reaccionaron exigiendo la renuncia, no del secretario de educación o del presidente de la república, sino del gobernador de Oaxaca.

Grupos de dirigentes del PRD han participado activamente en la organización del movimiento magisterial y estuvieron azuzando a los poblados a resistir a la policía en la acción policíaca del 14 de junio. La maestra Elba Esther Gordillo, presidenta del SNTE, ha apoyado en esta ocasión el movimiento de la sección 22, que está afiliada a la disidente CNTE, a pesar de que ésta ha cuestionado siempre a la dirigencia nacional del sindicato. Recordemos, de hecho, que los dirigentes de la sección 22 han incluso acusado a la maestra Elba Esther de homicidio. Pero en este caso la dirigencia del sindicato nacional ha apoyado a la sección 22 porque es una forma indirecta de pegarle a Madrazo.

La verdad es que esta situación resulta muy triste. No cuestiono los méritos de las demandas de los maestros oaxaqueños, pero es inaceptable que las demandas se hagan afectando los derechos de terceros. Peor aún es que esto se haga simplemente para obtener beneficios políticos.