El candidato del PRD puede no ser un peligro para México, pero sí lo es su campaña política basada en el enfrentamiento de pobres contra ricos, parecida a la de los políticos marxistas el siglo pasado.
En una
sección de cartas de los lectores, publicada en un periódico, uno de ellos se
quejó que por traer en su carro una calcomanía a favor del candidato del PAN le
gritaron “ricos rateros”. Esa persona aclara que es de clase media, paga
impuestos y con muchas dificultades compró su auto. Dicho episodio parecería
sin importancia si no hubiera un partido que basa su campaña en la obsoleta
tesis marxista de la lucha de clase: pobres contra ricos, trabajadores contra
capitalistas, países desarrollados contra subdesarrollados.
Esa tesis
sirvió de excusa a grupos políticos, autodenominados defensores y liberadores
de los pobres, para iniciar revoluciones, golpes de estado, guerrillas y
centralizar el poder económico en manos de los gobernantes en los llamados “capitalismos
monopólicos de Estado”. Los resultados de esos regímenes el siglo pasado fue
más miseria. Parecía que con el fracaso de esos sistemas quedaban enterradas
esas tesis, pero ahora las volvemos a escuchar matizadas como principal
retórica de un partido –el PRD– que tiene
posibilidades de llegar al poder.
Si le
decimos a los pobres que los ricos, entiéndase los empresarios o capitalistas,
no pagan impuestos y gozan de privilegios, se genera un ambiente de
enfrentamiento entre sectores sociales como el vivido durante varias décadas
del siglo pasado en México y en muchos países del mundo.
Ningún
gobernante que llegó al poder con esa retórica logró reducir
El
candidato del PRD puede no ser un peligro para México, pero sí lo es su campaña
política basada en el enfrentamiento de pobres contra ricos, parecida a la de
los políticos marxistas el siglo pasado.
EntrarTanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.