A pesar de lo mucho que pregonan ser diferentes, que van a cambiar el modelo, que van a hacer las cosas de forma diferente, parece que los tres principales candidatos tienen claro el diagnóstico y difieren, sin bien poco, en cómo abordar el problema.

Los tres candidatos han hablado de problemas como el empleo, la inversión o la migración como problemas económicos fundamentales del México contemporáneo. Pero las coincidencias no paran ahí, en las presentaciones de sus “asesores” económicos y en las propias o incluso en las pocas presentaciones escritas de sus planes se pueden encontrar hasta diez temas fundamentales y coincidentes.

1. Infraestructura como motor del crecimiento
2. Continuidad Macroeconómica
3. Casa habitación como motor de la economía
4. Energía como ventaja comparativa
5. Empleo y migración como retos
6. Crédito para crecer
7. Participación del sector privado en sectores “estratégicos”
8. Reforma Fiscal
9. Pensiones como bomba de tiempo
10. Reorientación del gasto público

Las diferencias son en torno a cómo se van a realizar los proyectos, pues mientras todos dicen inversión en infraestructura y en casa habitación, hay quién matiza y propone inversión pública, otro establece que privada y pública y un tercero dice que privada fundamentalmente pues no hay dinero para hacerlo por parte del gobierno. Pero ninguno habla de lo poco que pesa en el PIB la construcción, que por mucho que se construya eso no hace más que satisfacer la demanda de casa pero no hace que el producto del país crezca significativamente o lo que es lo mismo todos ponen los huevos en la misma canasta, canasta que no pesa en términos económicos los mismo que la manufactura o los servicios.

Todos hablan de aprovechar la condición de ser un país petrolero para convertirla en una ventaja comparativa y de ahí se disparan a decir que van a abaratar el combustible o la energía eléctrica, como nadie lo dice, quizá Calderón ha sido el único en manifestar que hacer competitivos los precios del combustible o la luz no es sólo tarea del gobierno sino que habrá que hacer reformas para producir mejor y más barato tanto la energía como los combustibles.

Crédito parece ser una palabra mágica, después de estar perdida de la política vernácula por algunos años, cruda post Fobaproa, y ahora todos los candidatos ofrecen más crédito, para Pymes, vivienda, consumo, empresas, y sígale usted con la lista que cambia de acuerdo con el público al que le estén hablando. Nadie dice cómo y de dónde, pero hay quien se ha atrevido a decir que faltan bancos regionales y que por tanto los van a concesionar. Esto es a todas luces ignorante y por decir lo menos osado. Vale la pena hacer pensar a sus asesores sobre la pregunta original, ¿por qué no hay más crédito en México? O ¿por qué el crédito es tan caro? O más claramente ¿hacen falta más bancos en el país?

Otro caso como la participación del sector privado en las áreas estratégicas es propuesta de todos, pero no está claro hasta qué punto es apertura o es acuerdo partido – candidato – asesores. De tal forma que un día un asesor ha dicho: inversión privada en energía hasta donde lo permita la Ley, al otro día otro de los asesores de este mismo candidato dice que inversión sí pero la pública es prioridad o más eufemísticamente dicho “necesidad de invertir en proyectos de infraestructura sin necesariamente recurrir a la privatización” (SIC). Y un tercer día el partido dice no hay inversión privada, es propiedad de la nación. Es decir, con todo y coincidencias esto de nada sirve pues lo que van a hacer los candidatos y sus partidos pertenece a esa obscura ciencia de la política mexicana o como dice el dicho: si de declaraciones se trata, pues hasta no ver no creer.