El comercio es bueno porque, desde el punto de vista de la ética es justo, y desde la perspectiva de la economía es eficaz.

Desde la perspectiva de la ética es justa la conducta que respeta los derechos de los seres humanos, y en el intercambio están involucrados, y se respetan, el derecho a la libertad individual y el derecho a la propiedad privada.

Desde el punto de vista de la economía es eficaz lo que permite elevar el bienestar de la gente, mismo que depende de la cantidad, la calidad y la variedad de los bienes y servicios de los que dispone, y el intercambio ayuda elevar la cantidad y la variedad.

He escrito sobre el comercio (primer párrafo), y sobre el intercambio (segundo y tercero), no pudiendo haber comercio sin intercambio, pero sí pudiendo darse el intercambio sin el comercio, conviniendo que el intercambio se dé, mayoritariamente, por medio del comercio.

El intercambio es la permuta que se da entre un comprador y un vendedor, y cuyo resultado es un bien común. Bien porque ambas partes GANAN. Común porque AMBAS partes ganan. Ello es así porque cada una valora más lo que recibe que lo da a cambio. Si no fuera así no intercambiarían.

El comercio es la intermediación, del comerciante, entre el productor y el consumidor, de tal manera que hay una primer intercambio entre el productor (que vende) y el comerciante (que compra), y un segundo entre el comerciante (que vende) y el consumidor (que compra).

Puede haber intercambio directo entre el productor y el consumidor, sin la intermediación de un comerciante (que no hay que confundir con otro tipo de intercambio directo, el trueque, sin uso de dinero), y puede haber intercambio indirecto entre el productor y el consumidor, con la intermediación de un comerciante (que no hay que confundir con otro tipo de intercambio indirecto, usando dinero, superando al trueque).

Una cosa es el intercambio y otra el comercio, no pudiendo haber comercio sin intercambio, pero sí pudiendo haber intercambio sin comercio, conviniendo que la mayor parte del intercambio se realice por medio del comercio, lo cual hace posible más intercambios, condición necesaria para, en primer lugar, ampliar la división de trabajo, con todas las ventajas que esto trae consigo, comenzando por los aumentos en la productividad y por ello en la producción, y, en segundo término, para multiplicar la disposición de bienes y servicios para el consumo, condición necesaria para elevar el bienestar de la gente.

La labor de intermediación que realiza el comerciante entre el productor y el consumidor beneficia a los tres: al productor, al que le facilita la venta (no tiene que ir hasta donde está el consumidor); al consumidor, al que le facilita la compra (no tiene que ir hasta donde está el productor); a él, que cobra por “acercar” a productores y consumidores, intermediando entre ambos. Por ello el comercio es bueno, importando eso, el comercio, no lo que se comercia, no quien comercia, algo que muchos, con el poder para limitar o prohibir el comercio, no acaban de entender.

Por ello, pongamos el punto sobre la i.