López en su media lengua se pone en papel de matoncito y exige que se cuenten los votos, uno a uno. Y manda a sus huestes a predicar ese evangelio enrevesado del berrinche gandaya: “O acceden a mi berrinche o les va a pesar”. ¡Ya basta!
Parece canción de Cri-Cri: Al niño berrinchudo no
le gustó la leche fría, porque le duele el diente; pues que se la calienten.
Pues nada, que al niño berrinchudo tampoco le gusta le leche caliente porque le
dan cólicos; pues que se la entibien y nada, que al niño berrinchudo tampoco le
gusta tibia porque le dan vahídos… ¿Saben qué? Pues que reviente el niño
berrinchudo.
La más reciente ocurrencia de López,
ante su derrota (que sólo tiene un padre que se llama Andrés Manuel López
Obrador) es clamar que se cuenten los votos uno a uno. ¿Otra vez? Sí, porque a
López no le gustó el resultado. ¿Saben qué? Pues que reviente el niño
berrinchudo…
Casi un millón de ciudadanos fueron
el domingo dos de julio funcionarios de casilla y contaron los votos, una, dos,
tres y hasta cuatro veces cuando así lo pidieron los representantes de partidos
y candidatos en las casillas electorales (los más quisquillosos, cuando la
votación no les favorecía, fueron los del PRD y se contaron los votos –cantándolos,
mostrándolos, anotándolos escrupulosamente- cuantas veces quisieron), los
sumaron, registraron el resultado correspondiente a cada cual en todas las
actas necesarias –incluida la que se ponía al frente y fuera del paquete
electoral para permitir el conteo del PREP-, mostraron las actas a los
representantes de partidos quienes firmaron las mismas actas porque no tenían
objeciones a lo que allí se anota; esos mismos ciudadanos entregaron copias de
las actas a los representantes de los partidos y éstos últimos acompañaron,
vigilándolos, para que no sucumbieran a la tentación de fraudes o negligencias,
a los comités de cada distrito electoral a entregar los paquetes electorales
con las actas. A ver, López, ¿dónde está el chanchullo?, ¿dónde está el fraude
que clamas para ganar en el berrinche lo que no lograste en las urnas?
López en su media lengua –que tiene
la exasperante característica de dejar vacíos inmensos entre palabra y palabra;
como los niños que mal aprendieron a leer y “leen” letras en lugar de palabras,
López pronuncia palabras en lugar de frases y oraciones con sintaxis y
estructura lógica-, se pone en papel de matoncito y exige que ahora se cuenten
los votos, uno a uno. Y manda a sus huestes a predicar ese evangelio enrevesado
del berrinche gandaya: “O acceden a mi berrinche o les va a pesar”. Y ahí están
los seguidores de la secta incordiando a todo mundo con su exigencia
desorbitada y tramposa. ¡Ya basta!
Uno. La majadería moral: La
berrinchuda exigencia de López insulta a todos los ciudadanos, los verdaderos
actores de las elecciones, y especialmente a quienes generosamente donaron una
fatigosa jornada dominical para ser funcionarios de casilla. Les está diciendo
o ladrones o incompetentes. Las elecciones en México –a ver si López se
entera-, son ciudadanas, desde el trámite básico que es el de recibir los
votos, acreditar la personalidad de los electores que los emiten, y contar los
sufragios, uno a uno y cuantas veces lo demanden los representantes de los
partidos. Ese es el principio filosófico, el fondo moral, que López cuestiona
con su berrinche.
Dos. La trampa jurídica: El Código
Federal de Procedimientos Electorales (Cofipe) define
estrictamente los requisitos para que sea válido abrir de nuevo los paquetes
que contienen los sufragios y volver a contar los votos. La jurisprudencia de
Este niño berrinchudo –de más de 50
años y con el pelo completamente blanco- no tiene remedio. Hay que dejarlo que
reviente junto con sus huestes de neofascistas, que hostigan, atacan e
insultan. ¿Qué quiere decir “dejarlos que revienten”? Muy sencillo: Que se fastidien
y que las autoridades –a ver si ya se ponen las pilas- les dejen de
cumplimentar sus caprichos.
Ni el Zócalo, ni las calles y
avenidas de
Somos una inmensa mayoría, más del
65 por ciento de los electores que votamos el dos de julio por el PRI, por el
PAN, por Nueva Alianza, por Alternativa o que anulamos nuestro voto, quienes le
dijimos NO al berrinchudo de Macuspana. Ese es un
mandato, negativo si se quiere, acerca del cual no cabe duda alguna. Si le
siguen haciendo el juego al berrinchudo…, se las verán con nosotros. Y ahí sí,
señores timoratos de la autoridad, pónganse a temblar.
¡Ya basta!, ¿se entiende o se los
repito?
EntrarTanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.