En una Universidad privada se puede conseguir diariamente bajo la frase “quítate un peso de encima” el periódico La Crónica, los estudiantes se acercan y depositan una moneda en una rendija y toman su diario, es obligatorio depositar el peso pero de ninguna manera hay alguien que te prohíba tomar el periódico si lo deseas hacer sin pagar. No hay ningún vigilante y no tendría por qué haberlo, estamos hablando de que estamos en una Institución que se supone está educando a los jóvenes para que el día de mañana con la ayuda brindada por la misma Institución sean capaces de resolver problemas y tomar decisiones acertadas en las encrucijadas que enfrenten, siempre recordando los principios que traen desde su familia y los valores que adoptan en su peregrinaje por la vida en general y, en específico, por la escuela.

Cinco días en los que estuve por ahí me quedé observando a los estudiantes que tomaban un periódico del módulo, en los momentos en los que estuve ahí en esos cinco días (aleatorios), se tomaron 106 ejemplares, y sólo se depositaron 61 monedas, sí, sólo 61 estudiantes pagaron por lo que tomaban, 45 de ellos no lo hicieron.

La primera conclusión a la que llegué es que nuestros estudiantes no saben leer o no comprenden lo que leen, pero mis teorías fueron negadas cuando escuché en todos los grupos que se acercaban que no faltaba el gracioso que decía “¿para qué lo pagamos?, nadie está viendo”, o bien “se pasan, ¿de verdad esperan que alguien pague?”.

No quedó más que pensar que sí saben leer y sí comprenden, pero no les interesa. Esta conclusión es mucho peor que mi primera teoría, al menos si no supieran leer o fueran cortos de entendimiento se podría justificar argumentando una ignorancia extrema, pero no es así, a una buena parte de nuestros jóvenes les importa muy poco hablar de honestidad o de hacer lo correcto.

¿Para qué lo pagamos?, no importa que sea simplemente un peso, es obligación, estás tomando un bien y no lo estás pagando, eso se llama robo (aunque sea sólo un peso, y así fueran diez centavos) ¿nadie se los dijo?, ¿o les enseñaron que sólo es malo cuando alguien los ve?, sí, es robo y nuestros jóvenes lo ejecutan a diario con grandes sonrisas.

No son todos y felizmente no es la mayoría (42% para hablar en números cerrados), pero el hecho de que ya estén en un nivel de educación superior y no hagan lo que les corresponde por el simple hecho de que “nadie está viendo” es verdaderamente preocupante.

Es un hecho que el problema viene desde las primeras lecciones que reciben estos muchachos en sus casas, pero una vez visto que la familia no está resolviendo estos problemas nos damos cuenta de que tampoco lo está resolviendo la educación básica ni la media, y la superior parece que ya no se ocupa de lo que ya traen como vicios los estudiantes.

Es cierto que muchos ejecutan acciones de este tipo, de formas muy variadas y bastante seguido (por ejemplo comprando un disco pirata), pero esta clase de descaro es un hecho que no se ve todos los días.

Un problema a considerar es que nuestro sistema no excluye a estos individuos de llegar alto dentro de centros de poder y luego nos los enseñan en video jugando con dinero público o aceptando sobornos.

¿Qué futuro nos espera?, una vez más, el problema debería de nacer y morir en las casas de cada uno de estos jóvenes, pero no es así y mientras los responsables de educar a los niños estén, por un lado, metidos en un sindicato que hace las veces de parásito, otros estén de huelga permanente y lo más que nos ofrecen son “aulas dignas y baños limpios” pues nuestra visión es poco optimista; y se agrava cuando la otra cara de la moneda trata de ver a la educación únicamente como una forma de obtener dinero evadiendo la enorme responsabilidad que es educar.   

No es nada bueno ni alentador que en exámenes parciales se tengan porcentajes de aprobación de 57% para matemáticas, 47% para estadística, 46% para álgebra, 46% para geometría analítica, 56% para cálculo o 67% para ecuaciones diferenciales.

Es un hecho que son materias que se deben dominar si se desea que el nivel educativo ayude al crecimiento y desarrollo de este país, pero poco se puede hacer si salen genios que no saben lo grave de un acto como robar.

No hay tiempo para ambas cosas, estamos mal en matemáticas pero igual de mal en honestidad y ética, pero parece que si no se atacan de raíz (desde la familia y la educación preescolar) estos problemas tendremos que sentarnos con los estudiantes universitarios y aparte de enseñarlos a derivar y a integrar tendremos que decirles: “A ver jóvenes escriban en sus cuadernos: robar es un acto ilícito y que por lo tanto no debemos de realizar porque nos dañamos a nosotros mismos y dañamos a otros”.