El Inter-American Dialogue (IAD), un prestigiado think-tank de Washington en el que se discuten sobre todo temas políticos referidos a América Latina, organizó anteayer una reunión titulada “Las Perspectivas de México a Partir de las Elecciones del 2006.”  

Para esta reunión el IAD invitó a dos reconocidos expertos en el análisis de las relaciones externas de México. Andrés Rozental, con una larga y distinguida carrera en la diplomacia de nuestro país y que hoy preside el Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, foro independiente de discusión y análisis.

Rafael Fernández de Castro dirige el departamento de Estudios Internacionales en el ITAM y es el editor de Foreign Affairs en español, revista especializada en el análisis de temas internacionales que vio la luz en el año 2000 y que es un esfuerzo conjunto del Council on Foreign Relations de Nueva York y del ITAM.

Hoy me voy a concentrar en la excelente exposición de Rozental para discutir la dicho por Fernández de Castro mañana y el viernes aludir a las preguntas del auditorio, muestra de las preocupaciones del numeroso y creciente contingente que asiste en Washington a reuniones en las que se discuten temas mexicanos.

En primer término, Rozental afirmó algo en lo que yo estoy completamente de acuerdo pero que se escucha poco en estos días: Que la principal lección de la jornada electoral fue el triunfo de la legalidad sobre la política y que las instituciones funcionaron bien y han salido fortalecidas de esta prueba.

En esta época en la que es tan frecuente oír opiniones de comentaristas que se hacen eco de las necedades de López Obrador, quien mandó al diablo a las instituciones, y que afirman la necesidad de modificarlas de cuajo, es un alivio escuchar la opinión ponderada de un conocedor que afirma lo contrario.

Dijo también que, como lo convalidan las más recientes encuestas, la gran mayoría de los mexicanos, incluyendo muchos que no votaron por Felipe Calderón, considera que el proceso electoral fue conducido con corrección y su resultado es no sólo legal sino también legítimo.

Con su vasta experiencia internacional como sustento, Rozental afirmó que en estas épocas en las que se había profundizado la polarización de las fuerzas políticas en el mundo entero, las elecciones competidas y con resultados muy cerrados eran la regla y no la excepción.    

Indicó que lo que resultaba realmente excepcional era que el candidato derrotado no aceptara el resultado de los comicios, dejando en evidencia que él está de acuerdo con la democracia y sus métodos exclusivamente en los casos en los que resulte vencedor.

Respecto al futuro, Rozental delineó los retos que, a su juicio, enfrentará el Presidente electo Felipe Calderón:

·         No gozará de la habitual luna de miel que suelen tener los presidentes al empezar su mandato, y tendrá que empezar a gobernar de inmediato y con un programa sólido que defina acciones decisivas en sus primeros 100 días.

·         Debe evitar debatir con AMLO y sus seguidores pero tendrá que revisar sus acciones para atender en forma prioritaria el reclamo de los pobres que le dio sustento a su campaña y lo puso en el umbral de la victoria.

·         Si plantea su plan de acción y las políticas públicas concomitantes en forma firme y persuasiva, tendrá una excelente oportunidad de gobernar bien.

·         Deberá trabajar intensamente con la oposición, inclusive con los elementos del PRD que estén dispuestos a hacerlo, para sacar adelante sus políticas.

A Rozental no le preocupa demasiado AMLO, aunque está consciente que tratará de provocar una confrontación violenta dada su acusada proclividad al martirologio, porque ha empezado a perder el apoyo político de todos salvo de su grupo más inmediato. ¡Excelente presentación!