Desde el inicio de mi atrevida carrera como editorialista, mis escritos solían abordar sólo temas económicos, sin embargo, ante insistencia de parte de mis amigos argumentando: “En primer lugar nadie te entiende y, en segundo, a todo mundo le importa madre pues para los mexicanos economía representa un gobierno proveedor de chambas, de subsidios, de consuelo para el triste, diversión para los aburridos, consorte para los cotorros, vino para los ancianos, leche para los niños, para así evitarnos esa odiosa tarea de ser responsables por nuestro futuro,” fue que les di un rumbo diferente.

Pero economía ha sido mi pasión tanto que, a pesar de las advertencias de mi padre afirmando; “En México si no eres marxista, pretender incursionar al círculo de economistas es autoinmolarte.” Después de graduarme en administración, regresaba al TEC para dar cuenta de tres materias faltantes para convertirme en orgulloso economista. Ello fue el inicio de una larga senda que me conduciría al estadio de las economías liberales y, en esos momentos, enfrentar otra de las certeras advertencias de mi padre, una tremenda frustración ante lo que Harrison ha definido, “Subdesarrollo es un Estado Mental.”

Por ello, regreso a mis viejos hábitos de predicador económico y, aun cuando mi evangelio llegue a oídos sordos, lo seguiré gritando en memoria de mi padre, un abogado y economista liberal quien, ante el México ciego, hostil y altanero que le tocara vivir, cargando una silenciosa melancolía, transitara sin haber tenido la oportunidad de atestiguar el país que soñara como estudiante, en la todavía Europa liberal.

¿Cómo explicar a mis compatriotas el concepto de economía? “Panza llena corazón contento” reza el popular refrán. Pero para llenar la panza debe de haber con qué, y he ahí el secreto de la ciencia económica: Producción. Mientras México no fabrique el entorno adecuado para producir libremente, seguiremos siendo una caricatura de país y campo fértil para los perfectos idiotas latinoamericanos quienes, con renovada esquizofrenia y sus afiladas guadañas, arremeten contra todo y contra todos. Seguiremos produciendo retoños como los Batres, Noroña, Monreal y demás aspirantes al PUP ahora liderado por Chávez.

El recién iniciado sexenio de Felipe Calderón, a diferencia del de Fox, tiene las mágicas hadas a su favor. La economía de los EU, deprimida en el 2000 y de la cual dependemos, a pesar de los pitonisos del Apocalipsis continúa expandiéndose de forma sorprendente. El reporte del crecimiento de su PIB durante el último semestre del 2006, rayando casi en 4%, ha silenciado muchas bocas en el cuartel de los estreñidos. Pero además, su equivalente a la economía informal de los países ruinos, la cibereconomía, aun difícil de estimar, como incontenible avalancha agrega un porcentaje explosivo a los casi 13 trillones de dólares que representa su PIB.

Las preediciones de J.D. Davison de la emergencia de un mundo liberado de las cadenas de la nación—estado, toman forma en países donde no lo combaten para dar paso a un individuo libre para expandir sus alas. Durante el siglo XV, en un mundo saturado por la religión organizada, ante el costo imposible de sostenerla sucumbía. En estos momentos, el costo de sostener gobiernos hercúleos ha llegado igualmente a extremos insostenibles, y se inicia ya un proceso de encogimiento. Pero en otras partes del mundo, como las controladas por Hugo Chávez y su banda de rufianes, con el dinero del petróleo, sólo dilatan su fallecimiento.

Pero ¿qué mas elementos se presentan en el radar del nuevo piloto de esa nave llamada México? ¿Cuáles son las condiciones de vuelo que el Capitán Calderón tiene frente a su ruta? Además de los alaridos de los autores de nuestra teoría general de las tortillas ¿Qué más sucede en el mundo?

Me llega un informe de la tradicionalmente inútil y deprimente reunión económica mundial en Davos, y realmente me sorprende el optimismo de sus conclusiones: La opinión general de los participantes, es que 2007 será un año muy favorable para el crecimiento económico global. China y la India seguirán siendo motores catapultando ese crecimiento pero, ojo, siempre y cuando mantengan su camino pavimentado a la libertad de flujos de capital. Interprétese, continúen liberando sus economías hacia la senda de los mercados libres y garantizando seguridad jurídica.

Brasil, Rusia, India y China, son ya responsables por una tercera parte del crecimiento global. Los mercados emergentes contribuyen ya con la mitad de la producción mundial. Aquí mi pregunta sería ¿dónde quedó el milagro mexicano de los años 90? ¿Por qué hemos quedado rezagados y seguimos portando congresos que nos paralizan?

El prestigiado banco de inversión, Goldman Sachs, predice un agresivo crecimiento con baja inflación para esas nuevas estrellas de la economía mundial: Brasil, China, Rusia y la India, pero no sólo para 2007, sino a mediano y largo plazo. Llega a mi memoria un video elaborado por el Wall Street Journal a finales de los años 90, prediciendo este fenómeno pero incluyendo a México como otra de sus estrellas ¿Qué nos sucedió? ¿En donde perdimos la ruta y por qué? Y mas importante ¿Cómo recuperarla?

La influencia del mundo emergente ya se deja sentir de forma importante. Son los que presionan el aumento de los precios de la mayoría de productos agrícolas y materias primas (ojo militantes del ejército nacional tortillero). Son también responsables de darle elasticidad a mercados laborales, como el de EU en donde los sueldos son fijados, no por oferta—demanda, sino por presiones políticas de sindicatos. Son los que cada día conquistan mayores porcentajes del PIB mundial, rescatando a sus ciudadanos de la pobreza.

A pesar del odio enfermizo hacia Bush, habiendo ya asimilado el ajuste del mercado inmobiliario, predicen un sostenido crecimiento de la economía de los EU. En sus 8 años de mandato se habrán creado más de 20 millones de empleos. La confianza del consumidor llega a niveles sorprendentes, la bolsa rompe record cada día y ello, sumado al aumento real de los salarios ligados a productividad, la baja de impuestos implementada y la nueva tecnología, presentan un panorama de gran optimismo para nuestro vecino.

Si México no aprovecha este entorno liberando su aparato productivo, en lugar de cruzar la puerta de la cibereconomía del nuevo siglo, seguiremos siendo un país tortillero que protestamos en manadas lideradas por los huérfanos de Colosio y los mostrencos de Hugo Chávez. ¡En este sexenio se define si perdemos otro siglo para seguir sembrando con bueyes y arados de madera!