La verdad es que el ex presidente Fox siempre ha sido descuidado en su manejo de las palabras y de las ideas. Se ha convertido en un peligro para su sucesor, para él mismo y para el país en su nueva carrera como conferencista.
Nunca se distinguió Vicente Fox por su inteligencia política o por el
acierto de sus declaraciones. Pero hay que reconocer que, a partir de que se
liberó de la obligación de estarse cuidando, como lo reconoció en una
afirmación antes de empezar una entrevista formal que se emitió en Telemundo, el ex presidente ha estado particularmente
desastroso en sus declaraciones.
Fox ya impartió cátedra de ignorancia en una conferencia en Los Ángeles
en enero en la que dijo: “América Latina debe huir de la ‘dictadura perfecta’,
como lo dijo el Premio Nobel colombiano de
literatura, Mario Vargas Llosa.” Por supuesto, Vargas Llosa no es ni es
colombiano ni ha ganado el Premio Nobel de
literatura.
Queda claro que un político no tiene por qué ser culto. Distinguir entre
Vargas Llosa y el colombiano Gabriel García Márquez, que sí ha ganado el Premio
Nobel, no es un requisito para participar en la
política. Pero sí inquieta la inclinación del ex presidente por engañar, por
pretender mostrar una cultura que no tiene. Esta actitud quedó de manifiesto
cuando era presidente y declaró en que le gustaba leer las novelas de Octavio
Paz, el distinguido poeta y ensayista mexicano que nunca escribió una novela.
Ninguna de las tonterías de Vicente Fox ha sido tan peligrosa como sus
declaraciones en Washington de la semana pasada. En esta nueva conferencia el
ex presidente declaró que había perdido una batalla frente a Andrés Manuel López
Obrador en el proceso de desafuero. “Fue una decisión difícil y perdí –dijo el
ex presidente--. Entonces me retiré, pagué el costo político pero 18 meses más
tarde yo tuve la victoria. El día de la elección, el candidato de mi partido
ganó.”
Hay que reconocer que el ex presidente no dice que él haya hecho nada
indebido para impulsar el triunfo del candidato del PAN, Felipe Calderón. En
este sentido, los grupos políticos, y en particular el PRD, han buscado sacarle
provecho a sus declaraciones atribuyéndoles algo que no contienen. Pero se
entiende que traten de hacerlo porque así es la política. Y la verdad es que el
ex presidente siempre ha sido descuidado en su manejo de las palabras y de las
ideas.
Ahora bien, más preocupante que su afirmación de que el triunfo del
candidato de su partido en las elecciones del 2006 fue también una victoria
para él, es lo que Fox dice inmediatamente antes. El ex presidente señaló con
claridad en Washington que él tomó
personalmente la decisión de suspender la acción en contra de López Obrador en
el caso del desafuero. Quizá esto es algo que todos hemos supuesto siempre,
pero representa el reconocimiento abierto a una violación a la ley. No
olvidemos que
Podrá uno pensar lo que uno quiera
en este tema, pero de lo que no cabe duda es de que el ex presidente Fox se ha
convertido en un peligro para su sucesor, para él mismo y para el país en su
nueva carrera como conferencista. Entiendo que no se puede violar el derecho a
la libre expresión, incluso de un ex presidente que no entiende el gran valor
del silencio, pero quizá por lo menos podríamos insistir que Fox limite sus
observaciones al campo de la crítica literaria, donde por lo menos sus metidas
de pata no le harán tanto daño al país.
EntrarTanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.