¿Resultará positivo socialmente el producto de la relación costo-beneficio de la actual guerra contra los narcos? ¿Están dispuestos nuestros vecinos a mover un miserable dedo para acabar con el monstruo?
El estado de Sonora ocupa, en
reñido empate con el D. F., el primer lugar en narcotráfico si se considera el
número de mafias que operan en su territorio.
De acuerdo a información de
Según estas fuentes las mafias
mexicanas que se han vendido dedicando al fabuloso negocio del tráfico de
drogas -naturales y sintéticas- desde hace varias décadas son los encabezados
por los Arellano Félix, Vicente Carrillo, Pedro Díaz Parada, Osiel Cárdenas Guillén, Joaquín “Chapo” Guzmán, los hermanos Jesús y Adán Amezcua Contreras y Armando Valencia Cornelio.
De las siete familias dueñas
del negocio de la distribución y venta de drogas ilícitas en nuestro país,
cinco operan en Sonora y son las de los Arellano, Vicente Carrillo, Chapo
Guzmán, Amezcua Contreras y Armando Valencia. En el
Distrito Federal, por su parte, operan los mismos cárteles excepto que el lugar
de los Arellano Félix lo ocupa Pedro Díaz Parada,
capturado recientemente en la ciudad de Oaxaca.
En este bochornoso ranking del
narcotráfico nuestro estado y el D. F. son seguidos por los estados de Baja California
Norte y Nuevo León, los cuales hospedan a
cuatro fuertes brazos de las familias mencionadas. Dato curioso de la geografía
de las mafias es que en Sinaloa, contra lo que pudiera pensarse, sólo trabaja
el cártel de los Arellano.
La información periodística de
las últimas semanas da cuenta de espectaculares operativos anti
narcotráfico efectuados en los estados de Guerrero y Michoacán, en la ciudad de
Tijuana y en el llamado Triangulo Dorado, formado en la confluencia de los
estados de Chihuahua, Sinaloa y Durango.
Mención aparte merece el
fabuloso decomiso de dinero en efectivo realizado en una residencia de Las
Lomas de Chapultepec, en la ciudad de México, el cual
según la propia Subprocuraduría de Investigación de
Delincuencia Organizada, responsable de la acción, se llevó a cabo como
resultado de una investigación no relacionada con los mencionados operativos
masivos en las diferentes regiones del país antes dichas.
Dos aspectos medulares
resaltan de este apresurado esquema de la lucha contra el narcotráfico en
Muchas preguntas y muy pocas
respuestas flotan en el ambiente, pero dos son particularmente intrigantes,
dada la certidumbre expresada por el presidente Calderón, en el sentido de que
la guerra será larga y costosa en vidas y en dinero. La primera es: ¿Resultará
positivo socialmente el producto de la relación costo-beneficio de la actual
guerra contra los narcos? Mientras que la segunda es:
¿Están dispuestos nuestros vecinos a mover un miserable dedo para acabar con el
monstruo?
EntrarTanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.