Con relación a lo acontecido el pasado 6 de mayo en el zócalo capitalino, las fotos tomadas por Tunick a miles de personas desnudas, he escuchado y leído, sobre todo de analistas, muchos calificativos, entre los cuales me llaman la atención tres - liberal, artístico e histórico – ante los cuales no puedo dejar de preguntar, ¿en serio? Voy por partes.

Alguien dijo que lo sucedido en la sesión fotográfica fue una clara muestra de lo liberal que es ya, por lo menos, una parte de la ciudadanía, aquella que decidió desnudarse para salir en la foto. Nada más faltó que diera el salto de liberal a liberalismo, y que hubiera afirmado que lo sucedido fue un claro ejemplo del liberalismo mexicano. ¡Por favor! No confundamos al liberalismo y a lo liberal, en el sentido filosófico, político y económico que tienen estos términos, con la libertad de desnudarse. Lo sucedido el domingo en el Zócalo fue una muestra de libertad, pero de ninguna manera de liberalismo. Es más, la mayoría de quienes libremente se desnudaron no son, ni remotamente, liberales.

No fueron pocos los que afirmaron que las fotos tomadas por Tunick son arte, afirmación cuya veracidad depende de qué se entiende por arte. Al margen de la respuesta, preguntémonos lo siguiente. ¿Qué le pasa a un ser humano después de leer Los Miserables de Víctor Hugo? ¿O después de escuchar el Concierto Emperador de Beethoven? ¿O una vez vista la serie de fotografías titulada Blanco y Negro, que Man Ray le tomó a Kiki de Montparnasse en 1926? ¿O una vez vistos los desnudos pintados por Modigliani? ¿O después de haber contemplado las esculturas de Rodin? Después de ver el trabajo de Tunick, ¿sucede algo similar a lo que acontece después de haber leído a Hugo, escuchado a Beethoven, o visto las fotografías de Ray, los desnudos de Modigliani o las esculturas de Rodin? Por cierto, ¿qué tienen en común desde la novela de Hugo hasta El pensador, El beso,  Los burgueses de Calais o Las puertas del infierno de Rodin? Sí, claro: se trata de obras de arte.

Por último, no faltó quien calificó al evento fotográfico de histórico, como algo que separa los acontecimiento en un antes y un después, que esa es la característica de lo histórico ¿Será? ¿Podemos comparar, por ejemplo, lo sucedido el domingo 6 de mayo del 2007, fecha en la cual miles de personas se desnudaron en un lugar público para ser fotografiadas al aire libre, con lo que pasó aquel domingo 2 de julio del 2000, fecha en la cual una mayoría de votantes sacamos, de manera civilizada, voto por voto, no balazo por balazo, al PRI de Los Pinos? Este último acontecimiento sí fue histórico, y hoy se vive según el antes y el después de aquella fecha. Las fotos de Tunick, ¿alcanzan esa categoría?

No estoy en contra de que la gente se desnude para ser fotografiada, un acto que, más que juzgarse desde la ética, debe calificarse desde la estética. Que cada quien haga con su cuerpo lo que le dé la gana. Lo que critico no es eso, sino los adjetivos con los que, algunos analistas, calificaron la sesión fotográfica - liberal, artística, histórica -, lo cual muestra el pobre concepto que tienen de lo liberal, lo artístico y lo histórico, comenzando por el mismo Tunick quien, según nota de La Jornada, exclamó: “México muestra cómo un país puede ser libre”. ¿En eso, en desnudarse perdido en el anonimato de la masa, consiste la libertad? Si la respuesta es afirmativa estamos perdidos.