Iglesia y Estado

Desde que nuestro país restableció formalmente relaciones con el Vaticano, la injerencia de la Iglesia en asuntos del Estado, laico por definición constitucional, aumenta día con día. Si bien este proceso empezó con un presidente priísta, los sucesivos gobiernos panistas no han hecho más que alentarlo.

En lo particular doy gracias a Dios que el PRI no está más en el poder, sin embargo reconozco que desde la toma de posesión de Vicente Fox con la Virgen de Guadalupe detrás, el PAN y sus representantes populares han mezclado las esferas públicas con las privadas. A lo cual hay que sumar que a distintos representantes de la cúpula panista se les relaciona con un grupo de ultra derecha conocido como El Yunque.

Para considerar la gravedad de este retroceso hay que recordar que históricamente el Estado ha luchado, muchas veces con las armas, por separar sus funciones con las de la Iglesia, que en el siglo XIX aún controlaba el registro civil.

Un régimen en el que la religión dictaba las leyes era el talibán y un país en el que la religión predomina sobre los asuntos civiles es Irán, y ya vemos las consecuencias para la libertad en ambos. Ahora, un país que debe servir como ejemplo de laicismo es Turquía, donde cientos de miles se han manifestado en las calles contra el gobierno por considerar que el exceso de la influencia de la religión atenta contra las libertades civiles.

Ojo, porque México es un país profundamente católico y la creciente influencia de la Iglesia puede en el futuro dividir al país tanto ideológica, como políticamente.

Narcotráfico

Mientras exista un mercado existirá un producto, y mientras que en Estados Unidos se siga consumiendo tanta droga la mercancía seguirá fluyendo. En este caso, y debido en parte a cuestiones geográficas y sin duda comerciales, seguirá fluyendo del sur hacia el norte. Éste es básicamente el mensaje del presidente Calderón a nuestros vecinos: “si quieren detener esto involúcrense más”.

Nunca antes en la historia de México el narcotráfico había crecido tanto como del 2000 a la fecha, si bien es cierto que lo mismo puede decirse de sexenios anteriores. Cuando llegó el ex presidente Fox las condiciones estaban dadas para que el consumo y el tráfico siguieran incrementándose, y la falta de voluntad política permitió que el río siguiera su cauce. Ahora parece que se desborda. El incremento de la violencia relacionada contra el narcotráfico es cuantitativa, en el número de víctimas, y cualitativa, nadie está seguro ahora, y los policías menos. El hecho de que el narco tenga recursos suficientes para librar una guerra de baja intensidad con el Estado es indicativo de cuánto se le permitió extenderse en el pasado y de la necesidad de combatirlo.

La militarización, opción que acabaría atentando contra las libertades individuales, evidencia la falta de herramientas del Estado para crear estrategias que respeten los derechos humanos, evadan la corrupción policial, disminuyan el consumo en territorio nacional y aumenten la cooperación en el plano internacional.

Los nuevos caciques

Leía hace poco una entrevista a un presidente municipal que tiene 600 pares de botas, un zoológico privado y más de treinta hijos, y quiere ser gobernador de Baja California, el primer estado gobernado por el PAN. Este legítimo aspirante habla claro y es heredero de una de las dinastías políticas y económicas más importantes, clara muestra de los grandes negocios que se hacen al amparo del poder político.

Si el dinero, la influencia y los contactos políticos, condicionan las probabilidades de ganar una elección, este candidato lleva las de ganar, y el PAN las de perder un estado simbólico. El análisis de este presidente municipal sobre la situación de su estado, del país y del narco es conciso. Pero no se comporta como un representante popular, sino como el dueño de su tierra, es decir como un cacique.

Aun cuando la débil democracia mexicana está llena de vicios del presente y del pasado, la vuelta al pasado de ninguna manera representa un mejor futuro. Un avance lento y titubeante no es sinónimo de volver atrás y de cambiar los avances por paliar lo urgente.

La democracia representa oportunidades y vacíos de poder. Gran parte de los vacíos de poder que dejó al régimen soviético fueron llenados por las mafias y ahora son llenados por un Estado autoritario y policial, en México pasa igual con el narco en el nivel delictivo, ahora están por verse los resultados en el nivel estatal y político.