Es urgente cambiar los artículos 25 al 28 constitucional, pues atentan contra los derechos de propiedad. De no hacerlo, cualquier reforma estructural que México intente, sobre todo en materia de modernización del régimen de inversión, va a ser declarada inconstitucional por la Corte, pues se aducirá siempre la violación a los artículos 25 al 28 de la Constitución.
La semana
pasada
Aunque no se
declaró inconstitucional a toda la ley, sí se resolvió que varios de los
artículos de la misma no se pueden aplicar en virtud de que violan
Bueno, hasta
ahí todo está bien. Sin embargo, buena parte de los argumentos de los ministros
de la corte fueron en torno a un concepto rancio y violatorio de los derechos
de propiedad de los particulares, la llamada rectoría del Estado, que no es
otra cosa que el legado intervencionista de la constitución socialista de 1917
que hoy nos rige.
Esa rectoría
no es más que la puerta abierta para que en México se justifiquen actos
confiscatorios e intervencionistas por parte del Estado. Vamos, es la ventana
ideal para que alguien al estilo de Chávez llegue al poder y haga lo que se le
de la gana con los derechos de propiedad de los ciudadanos.
Bueno,
ciertamente
La mayoría
de los abogados -incluyendo a los ministros de
El destacado
historiador económico, Douglas North,
afirma que las instituciones se desarrollan sobre la base de su propio rezago
histórico, lo que significa que la vieja frase que dice (palabras más, palabras
menos) que lo importante no son los hombres, sino las instituciones, es
rotundamente falsa. De qué sirve que existan instituciones que sirvan a los
intereses de unos cuantos; de qué sirven las instituciones si no respetan los
derechos naturales de las personas como son el derecho a la vida, a la libertad
y a la propiedad privada; de qué sirven las instituciones si no protegen a los
más débiles; de qué sirven las instituciones si se pueden destruir con la
llegada de cualquier dictadorzuelo como Hugo Chávez en Venezuela.
No, la base
del desarrollo exitoso en un ambiente de libertad y prosperidad de las
sociedades no son las instituciones per se, sino las
leyes que han sustentado su edificación. Si las leyes iniciales (con las que se
diseña a la arquitectura institucional) no defienden a los derechos básicos del
ser humano (y peor aún, si atentan contra ellos) como el derecho a la vida, a
la libertad y a la propiedad, entonces lo que tendremos son constituciones
políticas que llevarán simple y sencillamente al fracaso económico y humano a
las naciones. Peor aún, las constituciones políticas que otorgan poder
ilimitado al Estado, son la base para que lleguen al poder dictadores (al
estilo de Chávez, Correa y Morales) que destruyen a las instituciones -y por supuesto,
a la democracia, a la que desaparecen por decreto- para luego edificar unas a
modo y con ello poder sojuzgar a sus pueblos.
¿Por qué hoy
la mayoría de los pueblos anglófonos son desarrollados y la mayoría de los
países latinos son subdesarrollados? Simple, la razón es su Constitución
política, cuyas leyes han propiciado una infraestructura institucional que
protege la libertad y el derecho de las minorías. Claro, esto pasa por proteger
de manera sagrada a la propiedad privada y, por supuesto, a la vida.
Así las
cosas,
Las
elecciones presidenciales pasadas, estuvimos a sólo poco más de 200 mil votos
de caer en manos de un fascista-populista (que aún hoy afirma, ¡al diablo las
instituciones!). Vaya, es un verdadero peligro la ausencia de leyes que limiten
el poder del Estado. Es un peligro que los ciudadanos y las minorías no estén
protegidos contra los abusos del Estado. El Estado debe servir a los
ciudadanos, ¡jamás al revés! Ahí está la tragedia de las dictaduras comunistas.
Ahí están los asesinatos de millones de seres humanos. Obvio, la supremacía del
Estado por encima de sus gobernados, solo conduce a la tragedia.
En este
contexto, las resoluciones de
Es urgente
cambiar los artículos 25 al 28 constitucional, pues atentan contra los derechos
de propiedad. De no hacerlo, cualquier reforma estructural que México intente,
sobre todo en materia de modernización del régimen de inversión, va a ser
declarada inconstitucional por
Si queremos
ser un país moderno, debemos modificar –o de plano desechar- aquellos artículos
que atentan contra la propiedad privada.
Ya veremos
si nuestro futuro es el de la libertad ó el de la dictadura de las mayorías.
EntrarTanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.