La clave del progreso económico, entendido como una mayor producción, de mejores bienes y servicios, para un mayor número de gente, es la inversión. En la materia no hay que inventar el hilo negro, ni descubrir el agua tibia: la inversión es el gasto destinado, en el peor de los casos, a producir más y mejor y, en el mejor, a producir, en mayor cantidad y de mejor manera, mejores bienes y servicios. La clave del progreso económico es la inversión.

Se invierte en todo aquello que le ayuda al ser humano a producir, más y mejor, mejores satisfactores, de tal manera que los principales renglones de la inversión son: investigación científica; desarrollo tecnológico; instalaciones, herramientas, maquinaria y equipo; infraestructura de comunicaciones y transportes; educación y capacitación, todo lo cual contribuye a que el ser humano sea más productivo, ya sea porque lo que produce es capaz de producirlo de mejor manera y en mayores cantidades, lo cual es bueno, o, todavía mejor, porque es capaz de producir mejores bienes y servicios.

Los renglones de inversión antes mencionados se complementan, por ejemplo: de cara a elevar la productividad del trabajo de nada sirve la investigación científica si no se traduce en desarrollo tecnológico, el cual se concreta en mejores herramientas, maquinaria y equipo, todo lo cual se usa en determinas instalaciones, uso que requiere, de la gente que los utiliza, una determinada educación y capacitación, sin olvidar que hoy, como siempre, la comunicación y el transporte, comenzando por el transporte de la comunicación (información), resulta crucial

De todos los renglones de inversión es el de las instalaciones, herramientas, maquinaria y equipo aquel en el que convergen todos los demás. Educación y capacitación de primera, investigación científica y desarrollo tecnológico de alta calidad, y la mejor infraestructura de comunicaciones y transportes, de poco sirven sin las instalaciones, herramientas, maquinaria y equipo indispensables para que el ser humano trabaje. Se trata de la inversión fija bruta, cuyo comportamiento, dada su calidad de punto convergente de las otras inversiones, es un buen indicador del comportamiento de la inversión en general (cierto, más cuantitativo que cualitativo, pero bueno al final de cuentas).

¿Cómo se ha comportado la inversión fija bruta en México en los últimos tiempos? En los seis primeros años del siglo XXI dicho comportamiento se divide, claramente, en dos etapas: en 2001 y 2002 la inversión fija bruta decreció 5.6 y 0.6 por ciento, respectivamente, para crecer, del 2003 al 2006, 0.4, 7.5, 7.6 y 10 por ciento. Durante la primera etapa, 2001 a 2003, la inversión en instalaciones, maquinaria y equipo decreció, en promedio anual, 1.9 por ciento, mientras que en la segunda, 2004 a 2006, aumentó, también en promedio al año, 8.4 por ciento, habiendo crecido 10 puntos porcentuales el año pasado, todo ello apuntando en la dirección correcta.

¿Qué ha pasado con la inversión fija bruta en lo que va del 2007? Según la última información proporcionada por el INEGI, entre enero y mayo la tasa de crecimiento de esa inversión fue la siguiente: 7.4, 4.9, 2.7, 6.9 y 8.9 por ciento, habiéndose registrado dos meses, febrero y marzo, con una cada vez menor tasa de crecimiento, seguidos de otros dos, abril y mayo, durante los cuales se registró la tendencia contraria, hacia mayores tasas de crecimiento, lo cual, obviamente, apuntó en la dirección correcta. Llegados a este punto la pregunta es, ¿se mantuvo, en junio y julio, y se mantendrá, de agosto en adelante, y no mes tras mes, sino año tras año, esa tendencia favorable, hacia un mayor crecimiento de la inversión fija bruta, inversión que es la clave del progreso económico?