Primero fueron sus decisiones de consolidar el populismo de López y proseguir y aumentar toda la gama de subsidios generalizados. Luego salió con sus propias puntadas populistas como organizar bailes de quinceañeras en el Zócalo, construir playas artificiales, expropiar predios arbitrariamente, y la última, montar pistas para patinar en hielo en el Zócalo.
En economía
se define a la frontera de posibilidades de producción como una
curva que muestra las diversas combinaciones de bienes que puede producir la
economía dados los factores de producción y la tecnología de producción
existentes.
Un ejemplo
clásico de libro de texto, es la disyuntiva entre producir más mantequilla ó
más tanques de guerra. Lo cierto es que si se produce más mantequilla, se debe
renunciar a producir tanques de guerra y viceversa. Es decir, en la economía
los recursos son escasos, limitados, y para que haya una asignación exitosa de
los mismos, se debe tomar en cuenta el costo de oportunidad. Si produzco más
tanques de guerra, debo de estar consciente de que deberé renunciar a producir
cierta cantidad de mantequilla (ese es mi costo de oportunidad); lo anterior se
debe a que los factores de la producción como capital y trabajo no existen en
cantidades infinitas, por lo que si me inclino a producir más de un bien,
deberé limitarme a la cantidad disponible de trabajadores y máquinas.
En alguna
entrevista, cuando era candidato a
No sabemos
si Ebrard se aventó aquella declaración producto de
que alguien “le sopló” ó de plano se le hizo fácil opinar sobre un concepto
“dominguero,” del que no tenía la menor idea. A la luz de los recientes
acontecimientos presupuestales del DF, sospechamos lo segundo.
Primero fueron
sus decisiones de consolidar el populismo de López y proseguir y aumentar toda
la gama de subsidios generalizados. Luego salió con sus propias puntadas
populistas (tenía que darle un toque que lo diferenciara del populismo de
López) como organizar bailes de quinceañeras en el Zócalo, construir playas
artificiales, expropiar predios arbitrariamente -bueno, en esto sí se parece a
López- y la última, montar pistas para patinar en hielo en el Zócalo.
Después fue
chillar para que Hacienda diera su aval para la reestructuración de la deuda
del DF. En pleno lloriqueo, Ebrard juró y perjuró que
la disminución de recursos destinados al pago de intereses de la deuda,
liberaría dinero (1,500 millones de pesos anuales) que sería destinado para
bienes públicos urgentes para los defeños como el
mantenimiento del drenaje profundo, así como mayores inversiones en
infraestructura hidráulica y en transporte no contaminante como el metro. A los
pocos días de que Hacienda dio su aval, Ebrard nos
salió con un nuevo programa populista, un nuevo subsidio para estudiantes de
bachillerato del gobierno. El costo anual: 1,200 millones de pesos. De nuevos recursos
a infraestructura y a transporte, nada. Primera artera mentira de Ebrard.
Semanas
después, luego de obtener nuevos financiamientos en
En pleno informe,
culpa del desempleo a la política económica del gobierno federal. Perdón, pero
si no fuera porque el gobierno federal ha sido cauteloso en el manejo de las
finanzas públicas (responsabilidad que viene desde el sexenio de Zedillo y que Fox decidió continuar), el GDF no habría
obtenido ni disminución en el pago de intereses, ni aumento en el plazo para
amortizar su deuda. Es más, el DF ya estaría en plena quiebra técnica y los defeños sufriendo una fuerte alza en los impuestos locales.
Esta es por tanto, la tercera mentira de Ebrard.
No acaba
aquí el asunto. Con el nuevo impuesto aprobado a las gasolinas, el DF obtiene
del cielo más recursos. De acuerdo a su propia aritmética, Ebrard
afirma que lo perjudica la forma en que se distribuirán entre las entidades
dicho impuesto, por lo que ve muy difícil destinar recursos a transporte y a
infraestructura. Cuarta mentira de Ebrard. Para
empezar, con el nuevo impuesto, dos de las entidades más beneficiadas de la
reforma fiscal recaudatoria son el DF y el gobierno del Estado de México. Lo
que pasa es que Ebrard usa el criterio de reparto
(distribución del impuesto gasolinero en función del tamaño
de la población) como pretexto para “lavarse las manos” de su irresponsabilidad
fiscal, de su populismo, que ya rebasó al de López. La salida perfecta, “no
hago obra pública urgente, pues el gobierno federal nos ha perjudicado”, vaya
cinismo.
Quinta
mentira: Ebrard patalea por un aumento en la tarifa
del agua (del 18%) impuesto por
No,
definitivo, Ebrard no conoce la frontera de posibilidades de producción. Si conociera dicha curva,
sabría que los recursos son escasos y que a medida que aumente el gasto en
programas populistas, menos recursos disponibles quedarán para bienes públicos
esenciales para los defeños como seguridad pública e
infraestructura hidráulica y de drenaje. Ebrard
ignora -ó no quiere reconocer- el enorme costo de oportunidad que para los defeños representa su derroche fiscal.
Ebrard
presume que
Los políticos mexicanos, de lástima
De miseria,
nuevamente los políticos mexicanos. Ahora quieren linchar a Fox, todo porque
una revista (de las llamadas del corazón) sacó fotos de su rancho remodelado.
Ahí están diciendo que eso “ofende a México”, que eso muestra la corrupción del
expresidente. A ver, el que acusa, está obligado a
probar, y estos no han probado nada. Lo más seguro que es otra bola de humo. Por
lo pronto, el PRI ya chantajea de nuevo, y ya amenaza con unirse al PRD para no
aprobar el presupuesto de egresos del
EntrarTanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.