Parecería que la receta educativa, aplicada por décadas en México mediante algunos textos escolares, para formar adultos fracasados, resentidos socialmente y atiborrados de mentiras ideológicas, está popularizándose en Francia y Alemania.
La siguiente frase (en “negritas” para que no pase
desapercibida) pertenece a un libro de texto sobre la historia del siglo XX, en
tres volúmenes, que tienen que memorizar los jóvenes para su examen de ingreso
en algunas prestigiosas universidades de Francia:
“El crecimiento económico impone un modo de vida febril, produce exceso
de trabajo, estrés, depresión nerviosa, enfermedades cardiovasculares y, de
acuerdo con algunos, incluso puede provocar cáncer”.
Dice un libro de trabajo sobre la globalización que se
utiliza en las escuelas alemanas:
“El llamado mundial a una mayor desregulación en realidad significa
despojar de su vitalidad material a la moderna nación-Estado”.
Y pregunta un libro de matemáticas para 4° grado utilizado
en Berlín:
“En 2004 un paquete de pan costó 40 centavos. Por el trigo que contenía
el paquete de pan el agricultor recibió menos de 2 centavos, ¿qué piensas al
respecto?”
Mientras que otro texto de bachillerato utilizado en Francia
“enseña” lo siguiente:
“La globalización significa ‘la subyugación del mundo al mercado’, lo
cual representa un verdadero peligro cultural”.
En Alemania, en un texto de décimo grado para ciencias
sociales se dan consejos para combatir el desempleo, pero no vaya a creerse que
se habla ahí de productividad, sino de cómo pueden organizarse los desempleados
para hacer marchas y protestas “conforme con la tradición de Alemania del Este
de los lunes de manifestaciones”.
¿Qué pasa en esos dos países europeos?, ¿se están preparando
para ingresar al Tercer Mundo?, ¿habrá en el futuro legiones de vendedores
ambulantes y de choferes de microbús, locutores de
radio y hasta periodistas, eso sí con título universitario, deambulando por
Francia y Alemania?, ¿habrá una competencia descarnada entre decenas de miles de
políticos disputándose el poder a punta de diatribas ideológicas y fanáticas,
mientras que esos países languidecen, porque ya nadie sabrá ni querrá generar
riqueza, sino sólo pelearse las migajas de lo que hubo alguna vez?
Si usted, estimado lector, se ha quedado tan estupefacto
como yo, le recomiendo el perturbador informe de Stefan
Theil, editor de economía de
Newsweek en Europa, publicado en Foreign
Policy: “Europe’s Philosophy of Failure”.
EntrarTanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.