Mientras los políticos montan su debate, con un desfile de supuestos especialistas que nunca han visto un barril de petróleo o no han tenido más contacto con la gasolina que llenar el tanque del coche, la inevitable declinación de la industria petrolera mexicana se acentúa.
Mientras los políticos montan su debate, con un desfile de supuestos
especialistas que nunca han visto un barril de petróleo o no han tenido más
contacto con la gasolina que llenar el tanque del coche, la inevitable
declinación de la industria petrolera mexicana se acentúa.
En los tres primeros meses del 2008 la plataforma de exportación de
petróleo crudo fue 12 por ciento inferior a la del mismo período del año
anterior. Además, las importaciones de gasolina están aumentando a un ritmo de
34 por ciento al año, impulsadas por un criminal subsidio a la gasolina, que
desperdicia los recursos surgidos de la explotación de un recurso natural no
renovable, propiedad de todos los mexicanos, para apoyar principalmente a
quienes conducen automóviles privados.
Estamos viviendo en un tiempo de precios petroleros muy altos. La
semana pasada las cotizaciones del crudo ligero superaron los 132 dólares por
barril a nivel internacional. Incluso la mezcla mexicana de exportación, que es
significativamente más pesada y por lo tanto más barata, rebasó los 110
dólares. Pero el rezago de nuestra industria petrolera no está permitiendo que
como país podamos aprovechar la situación. A pesar de que el precio promedio
del barril de petróleo mexicano en el primer trimestre fue de 83 dólares,
contra los 49 previstos en
Otras industrias petroleras en el mundo están creciendo. El caso de
Brasil es muy significativo. Mientras la industria petrolera mexicana está en
declinación, la de Brasil, que hasta hace algunos años era importadora neta,
está en franco crecimiento. Incluso cuando Brasil importaba petróleo, ya se
había convertido en un exportador de gasolina. En los últimos años, sin
embargo, Petrobrás se ha convertido en una de las mejores empresas del mundo en
la exploración y explotación de petróleo en alta mar y ha logrado hallazgos muy
importantes. Gracias a estos esfuerzos, Brasil es ya autosuficiente en petróleo
crudo.
No es que México no tenga esa posibilidad. Pero las limitaciones que
nuestros políticos han inventado para la inversión productiva petrolera son tan
grandes que la declinación de la industria ha sido inevitable. En Brasil, cabe
recordar, Petrobrás tiene la posibilidad de trabajar sola o en alianza con
otras empresas. Puede también levantar capital colocando acciones en las bolsas
de valores de Brasil y de otros países. Además, muchas otras empresas privadas
llevan a cabo operaciones de exploración y extracción en el país, lo cual ha
multiplicado los hallazgos de yacimientos explotables.
En México, sin embargo, no sólo le
prohibimos a Pemex que tenga alianzas o que coloque
acciones en bolsa, sino que impedimos que nadie más pueda hacer exploraciones
por cuenta propia. Además, cargamos a la empresa con reglas burocráticas
absurdas y con un sindicato que la explota de manera implacable. Y todavía
decimos que no entendemos por qué nuestros resultados son tan pobres. Mientras
los políticos discuten principios ideológicos, el mundo avanza y nosotros nos
quedamos atrás.
EntrarTanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.