Si Estados Unidos quiere subir a China e India al compromiso de reducir sus emisiones de carbono a la atmósfera, tendrá que poner sobre la mesa la seria promesa de abandonar su nefasta ocurrencia de subsidiar la producción de etanol a partir de maíz y de otros cultivos. No lo hará. ¿Resultado? La cumbre del G-8 será otro fracaso de Bush. Tal vez un fracaso “fríamente calculado”.
Lo más probable es que el gobierno de Estados Unidos haya
calculado de antemano que China e India se rehusarían a sumarse al compromiso
de reducir a la mitad sus emisiones de CO2 a la atmósfera para el año 2050.
Contando con ese rechazo, George W. Bush pudo darse el lujo de mostrarse, en la cumbre del G-8,
seriamente preocupado por el cambio climático, hacer promesas retóricas y
eludir un examen serio de los infames subsidios a la producción de etanol, que
no sólo NO son una política efectiva de protección al ambiente, sino que tienen
la perversa cualidad de generar a la vez varios efectos indeseables para el
bienestar global:
Así las cosas, la salida fácil es culpar a China y a India
de falta de conciencia ecológica porque no quieren frenar su proceso de
crecimiento a cambio de un premio por su contribución a enfriar o postergar el
“calentamiento global”.
No los culpo…son naciones que quieren salir de la pobreza,
no son Al Gore buscando los reflectores.
EntrarTanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.