Segundo caso: De cómo la interminable batalla, de mínimos avances, para lograr una verdadera competencia en telecomunicaciones se ha vuelto una escenificación que se antoja simulada.
Se supone que el dictamen preliminar
de la Comisión Federal de Competencia (CFC) indicando que Telmex ejerce un
poder dominante –eufemismo de “pone obstáculos deliberados a la competencia”–
en varios de los mercados de telecomunicaciones tiene a esa empresa
profundamente disgustada. ¿Será?
Si uno tiene la paciencia de leer la
versión pública del dictamen de la CFC –en el que las cifras y los datos más
importantes están censurados aduciendo la confidencialidad, “fracción II del
artículo 31 bis de la Ley Federal de Competencia Económica”– encuentra que está
lejos de ser una respuesta contundente en contra de prácticas que impiden la
competencia; es probable que los señores de Telmex tengan razón cuando acusan a
la CFC de emitir un dictamen al que le falta rigor; lo que no aclaran es que
esa blandura favorece a Telmex ya que, en el futuro, obstaculizará una efectiva
tarea de los reguladores para impedir prácticas anticompetitivas de esa
empresa.
Ejemplo: En la generación (origen)
de llamadas en redes fijas la CFC considera que Telmex tiene “poder sustancial”
de mercado únicamente en las “áreas de servicio local abiertas a la
presuscripción”, al ser las únicas donde se presta el servicio tal y como fue
(mal) definido en el dictamen preliminar. Esto se traduce en el absurdo de que
la CFC considera que Telmex NO tiene “poder sustancial” en aquellas áreas de
servicio local no abiertas a la presuscripción, esto es: en aquellas áreas en
las que Telmex ¡es monopolio!
Cuando en el futuro algún competidor
encuentre barreras de Telmex para entrar a dichas áreas, Telmex podrá esgrimir
con razón que la CFC ya dictaminó que ahí la empresa no tiene “poder
sustancial” para obstruir la competencia ¡porque es monopolio!
¿Para alguien resultó novedoso que
el dictamen de la CFC constatase la dominancia de Telmex, cuando ésta salta a
la vista? Para nadie. Lo sorprendente es que a los consumidores nos sigan
vendiendo una escenificación de “yo hago como que te sanciono, tú haces como te
inconformas con mi resolución y ahí vamos llevándola; el asunto es que caigamos
en lo blandito”. México es diferente, ¡oh, sí!
EntrarTanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.