Los emprendedores son individuos que gozan de un juicio especulativo superior y están dispuestos a dar el salto en el vacío para comprobar que su percepción del futuro es correcta.
Auburn, Alabama (AIPE)- Al economista Ludwig von Mises no le gustaban las referencias al “milagro” del
mercado o la “magia” de la producción, ni cualquier otra sugerencia de que el
sistema económico depende de algún poder más allá de la comprensión humana.
Conviene más bien que la gente esté consciente por qué los mercados logran
niveles impresionantes de productividad que permiten el crecimiento poblacional
y cada vez mejores niveles de vida.
No hubo un “milagro” alemán después de
Todos los que laboran en el mundo de los negocios saben que se requiere
prever el futuro para seguir operando. La realidad del mercado es que los
clientes pueden cerrarte mañana. Lo único que tienen que hacer es dejar de
comprar tus productos o servicios. Esto es así tanto para los negocios
minúsculos como para las grandes empresas. No hay certeza en el mundo
empresarial. Todas las empresas que operan en un mercado libre están a un paso
de la quiebra. Nadie tiene el poder de hacer que la gente compre lo que vendemos
y todo éxito puede ser pasajero.
El éxito produce ganancias, pero eso no da seguridad a largo plazo. Toda
ganancia que se distribuye entre los accionistas podría ser invertida en el
futuro de la empresa. Pero esas inversiones tampoco son seguras. El éxito de
hoy puede tornarse en el fracaso de mañana. Lo que aparenta ser una inversión
sólida puede convertirse en una moda pasajera. Lo que las ventas de ayer
parecen indicar puede convertirse mañana en un mercado saturado.
Aunque no hay mapas que nos digan por dónde debemos avanzar, el
empresario tiene que dibujar su propio mapa. Tiene que emplear y pagar a sus
colaboradores por bastante tiempo antes de poder comenzar a vender su producto
y mucho antes de percibir una ganancia. La maquinaria y equipos deben ser
adquiridos previamente y luego mantenidos apropiadamente, por lo cual el
empresario tiene que pensar en sus costos de hoy, de mañana y de siempre.
La publicidad sigue siendo un arte más que una ciencia y sólo
tardíamente se llega a saber si se han estado malgastando en ella fondos
requeridos en otra parte. No hay camino asegurado al éxito porque jamás se
podrán controlar todos los factores involucrados. Hasta las más exitosas
empresas no llegan a estar totalmente seguras de qué es lo que logra vender más
que sus competidores: ¿precio, calidad, situación geográfica, publicidad,
promociones, asociaciones psicológicas que el comprador hace con nuestro
producto o qué?
En los años 80, Coca Cola decidió cambiar su fórmula y promover una
Nueva Coca Cola. Fue una catástrofe. Los consumidores le dieron la espalda, a
pesar de que a la gente supuestamente le gustaba más el nuevo producto.
Si la experiencia histórica es tan difícil de descifrar, piense cuánto
más difícil es predecir el futuro. Mises mantenía que “lo que distingue a un
empresario y promotor exitoso de los demás es precisamente el hecho que no se
deja guiar por lo que lo rodea, sino que actúa según su propia concepción del
futuro. El ve el pasado y el presente igual que los demás, pero evalúa el
futuro de manera diferente”.
Por eso es que la mente empresarial no se logra con entrenamiento; es
algo que tienen y cultivan ciertos y determinados individuos. No existen
comités de emprendedores y mucho menos comités de planificación empresarial.
La imposibilidad de que entes gubernamentales operen con espíritu
empresarial es una de las muchas razones del fracaso del socialismo.
Los emprendedores son individuos que gozan de un juicio especulativo
superior y están dispuestos a dar el salto en el vacío para comprobar que su
percepción del futuro es correcta. Son esos saltos los que logran mejorar
nuestro nivel de vida y el futuro de millones de personas.
Que Ludwig von Mises
me perdone, pero ese es un “milagro”.
___* Presidente del Mises Institute y editor de www.LewRockwell.com
EntrarTanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.