Si el gobierno gasta más, salvo que ese mayor gasto se financie con inflación, es decir, con emisión primaria de dinero, las familias y las empresas gastarán menos. La razón es la siguiente. Si el gobierno gasta más, y financia ese mayor gasto con impuestos, lo que el gobierno gasta de más, como que dos más dos son cuatro, es lo que los contribuyentes gastan de menos. Por el contrario, si el gobierno incrementa su gasto, y financia ese aumento con deuda, lo que el gobierno gasta de mas es, como que cuatro más cuatro son ocho, lo que sus acreedores gastan de menos. En ambos casos el gobierno gasta más y alguien más, contribuyentes o acreedores, gastan menos, razón por la cual no hay un incremento en el gasto total, sino solamente una reasignación del mismo.

Por obra y gracia del Acuerdo Nacional a Favor de la Economía Familiar y el Empleo, ANFEFE, se supone que, durante este 2009, la demanda por bienes y servicios aumentará en 120 mil millones de pesos, en buena medida gracias al incremento en el gasto del gobierno. La pregunta clave es, ¿de dónde saldrán esos recursos? Si de los impuestos, entonces lo que el gobierno gaste de más será lo que los contribuyentes gasten de menos. Si de la deuda, entonces el incremento en el gasto gubernamental será equivalente a la reducción en el  gasto de los acreedores. En ambos casos hay una reasignación de gasto pero no un aumento en la demanda total por bienes y servicios. ¿De dónde saldrán los recursos?

La Secretaría de Hacienda nos explica, en su Informe Semanal, correspondiente al período del 5 al 9 de enero, que “el Acuerdo es financieramente viable gracias a los ingresos excedentes obtenidos en el cuarto trimestre del año pasado por efecto tanto del movimiento en el tipo de cambio sobre las exportaciones petroleras como de una recaudación tributaria mayor a la programada. También se contará – nos informan -, con recursos adicionales derivados de una mayor eficiencia en el ejercicio del gasto público, por algunos excedentes que se puedan dar por el lado de ingresos no tributarios en 2009 y por ingresos petroleros superiores a lo presupuestado…”, lo cual quiere decir que sí hay recursos para financiar el ANFEFE, lo cual no quiere decir que ello se vaya a traducir en una mayor demanda por bienes y servicios, por una razón muy sencilla: los recursos se generaron el año pasado y se gastarán en el presente, lo cual da como resultado, solamente, un aplazamiento del gasto (por ejemplo: del cuarto trimestre del 2008 al primero del 2009), pero no un aumento del mismo. Lo que no se gastó ayer se gastará mañana, y el mayor gasto de mañana no hace más que compensar el menor gasto de ayer, e independientemente de cuándo se gaste la cantidad gastada es la misma.

La única manera de aumentar la demanda total por bienes y servicios, por medio del incremento en el gasto gubernamental, es recurriendo a la inflación, es decir, a la emisión primaria de dinero. Solamente recurriendo a la inflación como fuente de financiamiento del mayor gasto gubernamental se consigue que el gobierno gaste más, sin que nadie más gaste menos, lográndose así un aumento en el gasto total. Entonces, ¿por qué no recurrir a la inflación? Por dos razones, la primera evidente: porque con ello se ocasiona el alza de precios, que le pega más a quienes menos tienen, aumento de precios que puede llegar a ser un problema mayor que el que se pretende solucionar: la recesión. En segundo lugar, porque las presiones recesivas no se alivian aumentando la demanda  por bienes y servicios, sino incrementado su producción, para lo cual se requiere de la inversión privada, en el caso de México de mucha más inversión privada, tanto nacional como extranjera, de la que se ha captado en los últimos años.