Con la atención concentrada en el paquete de estímulos,
siguen las preguntas sobre los problemas económicos. ¿Cómo llegamos hasta aquí?
¿Cómo salimos? Y, como siempre, Washington tiene todas las respuestas
equivocadas. Según muchos políticos, llegamos aquí por no gastar lo suficiente,
no consumir bastante y no contar con suficientes regulaciones. Ahora, como
caballero andante, el gobierno vendrá a salvarnos, cubriendo la economía con
dólares, contratando a un ejército de nuevos burócratas, creando puestos
ficticios y enviando cheques de rescate a todos. El debate parece concentrarse
en si esto será suficientemente costoso para salvar la economía, o si se trata
sólo de un pago inicial. Todo eso sería cómico si los resultados no fuesen tan
trágicos.
Los resultados empeorarán la situación hasta que
aprendamos la lección. Pero los congresistas se comportan como los adictos a
las drogas que tienen que estrellarse en el fondo antes de ver la realidad. Están
jugando con la economía porque sólo piensan en lo que políticamente les
conviene hacer. Un buen ejemplo es la “creación” de puestos de trabajo.
Contrario a lo que muchos piensan, el objetivo de la
economía no es crear puestos de trabajo. El nivel de empleo puede ser el signo
de una economía saludable, lo mismo que gran energía puede indicar una buena
salud. Pero así como sustancias poco saludables pueden darle al drogadicto
mucha energía, la creación artificial de puestos de trabajo sólo empeora los
problemas. El objetivo de una economía saludable es productividad. Los empleos
son el resultado positivo de ella. Un trabajo puede consistir en abrir un hueco
un día y taparlo al día siguiente o hacer algo similar sentado en un
escritorio. Eso no beneficia a nadie, pero el salario devengado proviene de los
impuestos que alguien paga y algunos creen que ese es el modelo económico a
seguir.
Los políticos y los burócratas ya se han asegurado que
los puestos del sector privado son suficientemente complicados y costosos de
crear. Ahora se asombran de que aumente el desempleo y quieren crear cientos de
miles de puestos para combatir el desempleo a través de paquetes de estímulo.
El sector privado podría hacerlo, pero está recargado de impuestos y de costosos
trámites y regulaciones. La cura de Washington sólo prolongará la agonía. La
escuela austríaca de economía enseña que sólo la
economía libre, sin controles gubernamentales, crea prosperidad a largo plazo.
Pero los políticos son notoriamente miopes.
Quedan las siguientes preguntas: ¿Quién sobrevivirá en
el sector privado para seguir pagando los sueldos de gente improductiva en
puestos inventados? ¿Debemos considerar a Washington como salvador al crear empleos improductivos para
reemplazar los productivos que lograron eliminar?
La realidad es que nuestros problemas económicos
provienen de políticas monetarias blandas, planeamiento económico centralizado
y gastos parasitarios del gobierno. A menos que encaremos estos problemas, pasará
mucho tiempo antes de que, al igual que el drogadicto, toquemos fondo.
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Congresista republicano por el estado de Texas.