Muchos nos preguntamos si, ahora sí, con el PRI como primera minoría en la Cámara de Diputados, se llevarán a cabo las reformas necesarias para apuntalar la competitividad del país, entendida como la capacidad para atraer, retener y multiplicar inversiones directas, que crean empresas, producen bienes y servicios, y generan empleo e ingreso, inversiones sin las cuales no hay progreso económico, apuntalamiento que requiere de cambios en las leyes, comenzando por el capítulo económico de la Constitución, que desde el punto de vista de la ciencia económica adolece de más de un error, cambios que son responsabilidad de los legisladores, comenzando por los nuevos diputados.

¿Con el PRI como primera minoría en la Cámara de Diputados, se llevarán a cabo las reformas necesarias para apuntalar la competitividad y conseguir mejores resultados en materia de producción, empleo e ingresos? Hay quienes consideran que los priístas no estarán dispuestos a hacer nada que, por medio de buenos resultados, sobre todo en materia económica, le genera puntos a favor al gobierno calderonista, y por lo tanto al PAN, supuesta falta de disposición de los priístas que se explica porque, ésta es la tesis, tienen la vista puesta en las elecciones presidenciales del 2012, elecciones que, suponiendo que se mantengan las tendencias que se marcaron en la pasada elección, ganarán los priístas, razón por la cual no harán nada que beneficie al PAN.

Contraria a esta tesis está la de quienes creen que, sobre todo ante la posibilidad de recuperar la Presidencia de la República en 2012, a los priístas les conviene sacar adelante las reformas que apuntalen la competitividad de nuestra economía, y hacerlo lo más pronto posible, ya que ello les permitirá, supuesta la recuperación de Los Pinos, ganar tiempo y hacer desde hoy lo que, de no hacerse hoy, tendrán que hacer a partir del 2012: las reformas económicas. Además, ¡punto importante a tomar en cuenta!, si desde hoy, supuestas las reformas necesarias para conseguirlo, se apuntala la competitividad del país, y si, supuesta una mayor competitividad, la economía mexicana se vuelve más segura y confiable para los inversionistas, y por ello se invierte más, al 2012 llegaremos, en materia de producción, empleo e ingreso, en mucho mejores condiciones que las actuales, lo cual, cualquiera que sea el partido que llegue a Los Pinos dentro de tres años, es algo conveniente.

De las dos tesis, la de la no cooperación de los priístas con los panistas en materia de reformas, y la de la cooperación, ¿cuál será la verdadera? La respuesta no depende, al menos no principalmente, como afirman algunos, de la actitud que tomen Calderón y los panistas, sino de la actitud que asuman los priístas, quienes deberán mostrar, con hechos, que efectivamente los anima, como nos lo señalaron una y otra vez a lo largo de la campaña, una nueva actitud, sin olvidar que lo que más le conviene a cualquiera que llegue a la presidencia en 2012 es iniciar su sexenio con la economía marchando por buen camino.