En términos anualizados, comparando los resultados de cada trimestre con los del mismo trimestre del año anterior, el crecimiento de la producción, del segundo trimestre del 2008 al segundo trimestre del 2009, fue el siguiente: 2.9 por ciento; 1.7; menos 1.6; menos 8.0, y menos 10.3 por ciento. Sumamos cuatro trimestres con resultados cada vez más malos, al haber pasado de un crecimiento del 2.9 a otro de menos 10.3 por ciento.

Estos fueron los resultados, en materia del crecimiento de la producción, del 1 de abril de 2008 al 30 de junio de 2009. ¿Qué se espera, en materia de crecimiento, para el futuro inmediato, digamos lo que resta de 2009 y el 2010 que está por llegar? Para responder recurro a la Encuesta sobre las expectativas de los especialistas en economía del sector privado, levantada y publicada por el Banco de México, encuesta correspondiente al mes de julio. Según los resultados de la encuesta, después de que durante los dos primeros trimestres del año la producción decreció, en términos anualizados, 8.0 y 10.3 por ciento, se proyecta, para el tercer y cuarto trimestre, un crecimiento de menos 6.4 y menos 3.0 por ciento, lo cual, de cumplirse, supondrá resultados cada vez menos malos, primer paso hacia la recuperación del crecimiento de la producción y, por lo tanto, del ingreso. Obtener resultados cada vez menos malos supone, sobre todo si se mantiene la tendencia, una mejoría.

¿Cuál es la proyección del crecimiento de la producción para el 2010? Según los resultados de la mentada encuesta, 2.5 por ciento, lo cual, de cumplirse, supondrá volver, en materia de crecimiento, a la normalidad. ¿A qué me refiero? Veámoslo.

Entre 1983 y 2008 el crecimiento promedio anual de la producción de bienes y servicios, y por lo tanto del ingreso, fue, en México, de 2.6 por ciento. Entre 2001 y 2008, los ocho primeros años del siglo XXI, el crecimiento promedio anual de la producción de mercancías fue de 2.3 por ciento, lo cual no solamente no dio como resultado un avance sino, al contrario, el resultado fue un retroceso.

Sumamos ya un cuarto de siglo con una tasa de crecimiento de la producción que, en promedio, resulta mediocre, 2.6 por ciento, y que, después de veinticinco años con ese resultado, se ha vuelto lo normal, razón por la cual afirmo que si el año entrante la producción crece 2.5 por ciento, las cosas, por lo menos en materia de crecimiento, volverán a la normalidad, una normalidad mediocre, que nos indica que, en materia de crecimiento, el reto es doble. Uno, superar los efectos de la recesión estadounidense (lo urgente) y, dos, eliminar todos los lastres y obstáculos que impiden una mayor crecimiento de la producción, para lo cual hay que eliminar todos los lastres y obstáculos que inhiben más y menores inversiones, para lo cual hay que eliminar todos los lastres y obstáculos que limitan la competitividad del país (lo importante), definida como la capacidad para atraer, retener y multiplicar inversiones.