Tengo ante mí, con fecha del 24 de enero, el último (por el momento) comunicado de prensa, conjunto, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y el Servicio de Administración Tributaria (SAT), del cual, para empezar este artículo, cito lo siguiente: “A poco más de un mes de haberse iniciado la vigencia de la obligatoriedad de utilizar los medios mencionados (cheque nominativo, tarjeta de crédito, débito, o de servicios, o  monederos electrónicos autorizados) para la deducción de combustibles, los contribuyentes han enfrentado dificultades para cumplir, como: carencia de terminales punto de venta para recibir pagos por medios electrónicos en las gasolineras; cobro indebido de comisiones en el pago con tarjetas de crédito o débito; lentitud en el cobro cuando se paga con estas tarjetas, situaciones que no son aceptables y deben ser corregidas”. Y a eso, a corregirlas, se dedicaron las autoridades, razón por la cual, con el fin de facilitar la deducción de gastos en combustibles, decidieron instrumentar las siguientes medidas transitorias1.- “Cuando el contribuyente pueda pagar con tarjeta de crédito o débito, así como con monederos electrónicos, se aceptará como comprobante fiscal válido el estado de cuenta bancario o su equivalente. En estos casos no será necesario solicitar la factura correspondiente”.

2.- “El contribuyente podrá pagar en efectivo solicitando la factura correspondiente cuando: la gasolinera no cuente con los medios electrónicos para recibir el pago; se pretenda cobrar comisiones  o cargos adicionales al del combustible, por utilizar medios de pago electrónico, como tarjetas de crédito o débito; exista tardanza por parte del expendedor para aceptar pagos por medios electrónicos. En estos casos, mensualmente, el contribuyente deberá presentar ante el Servicio de Administración Tributaria la siguiente información: número de la o las estaciones de servicio donde se realizó el consumo de combustible y el pago en efectivo; monto total de la compra por cada estación de servicio; el motivo por el cual se realizó el pago en efectivo”.

Para empezar (desafortunadamente no tengo espacio para terminar), dos preguntas. Primera: ¿Quién, en su sano juicio, con el fin de comprobar el consumo de gasolina, dará a conocer a las autoridades sus estados de cuenta bancarios o equivalentes, información que, en términos generales, no debe trascender del ámbito privado? Segunda: ¿realmente supone una simplificación, al pagar en efectivo la compra de gasolina, el tener que, mes tras mes, presentar ante el SAT número de la o las estaciones de servicio donde se realizó el consumo de combustible y el pago en efectivo; el monto total de la compra por cada estación de servicio y, para acabarla de amolar, el motivo por el cual se realizó el pago en efectivo y no con cheque nominativo, tarjeta de crédito, débito o de servicios, o monedero electrónico autorizados por la autoridad?

¿De qué se trata? De simplificar dificultando, de un sinsentido que muestra, ¡una vez más!, que las autoridades son de la idea de por qué hacer las cosas fáciles si se pueden hacer difíciles. La única manera de simplificar todo este embrollo es eliminando la deducibilidad para lo cual, previamente, se deben reducir y eliminar impuestos, es decir, se debe realizar la reforma fiscal, algo que, ¡ya nos quedó claro!, ni aqueos ni troyanos están dispuestos a hacer. Y así, ¡así!, no se puede.