La gente de aquí a quien se lo he preguntado relata que realmente han mejorado su situación, sea por acción del gobierno, sea porque ese país está creciendo en su economía. Dentro de una década, dice el profesor Mahbubani de la Universidad Lee Kuan Yew de Singapur, India será la segunda economía del mundo, sólo detrás de China pero habiendo superado a Estados Unidos y dejando a Japón en cuarto.
Jorge Luis Borges, creo recordar, dijo algo que no puede ser más
cierto, y va más o menos así: “La India es mayor que el mundo”.
India repele o atrae
como ningún otro país que yo conozca. Es interminable. Es insondable. Es
apasionante. Es como un vicio virtuoso, un hábito que mete en un remolino a
quien se acerque. Es un hoyo negro. Lo pienso al estar acá: no me quiero salir,
no quiero dejar de estar, no quiero alejarme demasiado. Necesito regresar, bajo
cualquier pretexto. Hay que inventar un negocio, una operación que justifique y
financie los viajes.
Resueno completamente
con lo que dice Octavio Paz. Traigo de cabecera un ejemplar que me dedicó, Vislumbres de la India (1995): “…la
India es una inmensa caldera y aquel que cae en ella está condenado a permanecer
para siempre”.
Hace años leí en un
libro del periodista Antonio Iglesias Laguna, La India, con vacas y sin ingleses, una declaración de amor a un
país al que el autor había llegado por dos semanas y se quedó años, y del cual
tuvo que escaparse — su razón venció a su corazón— so pena de nunca más poder
salir. Hizo esa obra ante todo, lo dice, por un profundo agradecimiento a esta
tierra.
Termina Octavio Paz un
capítulo de su libro con estas
palabras autorreferentes:
“Vislumbrar: atisbar;
columbrar; distinguir apenas, entrever. Vislumbres: indicios, realidades
percibidas entre la luz y la sombra. Todo eso puede resumirse en una frase:
este libro no es para los especialistas, no es hijo del saber sino del amor.”
La miseria, la mugre,
la enfermedad —argumentos que arguyen quienes no quieren visitarla— se han
reducido a ojos vistas en los 16 años que han pasado desde que vine por primera
vez. En aquél entonces había verdaderos miserables que pasaban hambre abyecta, y se veían enfermos gravísimos en las mismas
calles donde ahora ya no se ven.
La gente de aquí a
quien se lo he preguntado relata que realmente han mejorado su situación, sea
por acción del gobierno, sea porque ese país está creciendo en su economía. Dentro
de una década, dice el profesor Mahbubani de la
Universidad Lee Kuan Yew de
Singapur, India será la segunda economía del mundo, sólo detrás de China pero
habiendo superado a Estados Unidos y dejando a Japón en cuarto.
Esta, la mayor
democracia del mundo, potencia nuclear, vanguardia tecnológica, primerísimo
lugar mundial para la calidad de las artesanías (compitiendo con China en ese tema),
tierra de precios aún razonables, mantiene una mitología negativa que cada vez
es menos fundamentada. Conozco gente que se espantó del caos vial y de la
pobreza, y no tuvo el estómago de salir a la calle por segunda vez. Esa gente
venía de México, como si no tuviéramos enfermedad, pobreza y mugre, además de
que quisiéramos para un fin de semana el nivel de seguridad pública que se
disfruta en India. Aquellos poco aventureros viajeros se pasaron dos semanas
sin salir de su hotel. (Por cierto, en Udaipur está
el que hasta hace tres años fue el mejor hotel del mundo. Un lugar casi irreal,
como irreal es la propia Udaipur, junto a un lago
artificial hecho hace nada más 4 siglos.)
Venir acá y comprobar
qué calibre de país es este, es una experiencia que recomiendo a todo el que
tenga la paciencia de oírme. Hay que visitar estas tierras, al menos una vez en
la vida. Estoy seguro de que muy pocos se arrepentirán, si me hacen caso.
Van enseguida unas notas sueltas,
tan completas como me sea posible, probablemente muy incompletas e infundadas
(no soy experto en lo que apenas empiezo a vislumbrar) que quiero que sirvan
como diario para mejor aprovechar uno de los mejores viajes de mi vida y que
comparto con mis amigos, por si algún interés pudieran tener en conocerlas.
Continuará…
EntrarTanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.