Las grabaciones eran de por sí bastante dañinas. Pero la impericia del gobernador en el trato con los medios, y su decisión de negar que la voz de la conversación con Nacif fuera de él, no han hecho más que complicarle la situación al político poblano.
El gobernador de Puebla quiso darle un
coscorrón a una periodista molesta y a través de ella a todos los medios de
comunicación del país. De paso quiso darle una ayudada a un empresario muy
importante de su estado. Pero al final él mismo terminó recibiendo el
coscorrón. Lo peor de todo es que el asunto no quedó ahí sino que se ha
convertido en un nuevo obstáculo para una ya de por sí difícil campaña
electoral de su partido, el PRI.
Los elementos del caso de Lydia Cacho y de las conversaciones del empresario Kamel Nacif con el gobernador
Mario Marín y otras empresas son tan conocidos que no vale la pena registrarlos
aquí nuevamente. Pero vale la pena señalar que este es un ejemplo más de cómo
muchos políticos de la vieja escuela, como Marín, no se percatan de la
importancia que tienen los medios de comunicación en estos tiempos modernos.
El tema de Lydia
Cacho pudo haberse quedado en un simple juicio por difamación, como tantos que
hay en el país. Las condiciones vejatorias en que se detuvo a la periodista en
Cancún y se le trasladó a Puebla, sin embargo, inflamaron los ánimos de muchos colegas.
Cuando finalmente algún enemigo de Marín filtró las famosas grabaciones de las
conversaciones telefónicas con Nacif, los medios
estaban listos para linchar al gobernador de Puebla.
Las grabaciones eran de por sí bastante
dañinas. Pero la impericia del gobernador en el trato con los medios, y su
decisión de negar que la voz de la conversación con Nacif
fuera de él, no han hecho más que complicarle la situación al político poblano.
Roberto Madrazo,
el candidato del PRI a
La investigación debe incluir necesariamente
los hechos relacionados con la detención de Cacho, pero también la intervención
de las conversaciones telefónicas de Kamel Nacif. Los dos hechos constituyen violaciones a la ley.
Pero independientemente de las
investigaciones, queda claro que Marín ha sufrido un impacto político muy
fuerte. Si bien ha tomado el tema con buen ánimo, y se ha presentado en
entrevistas en televisión, no hay duda de que las consecuencias del escándalo
serán muy importantes. Será muy difícil para el gobernador tener cualquier presentación
pública en los próximos meses que no esté marcada por cuestionamientos en torno
a este caso.
Y para Madrazo,
quien debe ya cargar por lo menos una parte del lastre político del
enriquecimiento de Arturo Montiel, hoy es importante
establecer una distancia con el gobernador de Puebla: la suficiente para que
los electores no los echen a ambos en el mismo saco, pero no tanta que se
pierda el apoyo que el gobernador le debe dar en un estado muy importante para la
elección del 2 de julio.
EntrarTanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.