Gobiernos de muchos países enfrentan, consecuencia de su irresponsabilidad a la hora de contraer deuda, graves problemas, cuya solución, inevitablemente, afecta el bienestar de  sus gobernados. Bancos comerciales, de distinta nacionalidad, enfrentan serios problemas, consecuencia de su irresponsabilidad a la hora de conceder préstamos, sobre todo a gobiernos irresponsables, graves problemas cuya solución, necesariamente, afecta a grupos de gente que van desde los accionistas hasta los acreedores de dichas instituciones. Las consecuencias de esos problemas (dado que la economía es, consecuencia de los mercados, una enorme red de interconexiones, en la cual cada intercambio es uno de sus nudos, por la cual todo, con mayor o menor proximidad, está conectado), no se limitan a los ámbitos de los actores involucrados, y van más allá de los mismos, afectando a otros grupos de agentes económicos, desde trabajadores hasta consumidores.

Lo anterior, sobre todo lo último, plantea la siguiente pregunta: ¿de qué manera afectará, lo que está sucediendo con muchos gobiernos y con muchos bancos privados, a la economía mexicana? Una buena respuesta la encontramos en la Encuesta sobre las expectativas de los especialistas en economía del sector privado, que mes tras mes levanta y publica el Banco de México, y cuyos resultados, para 2011 y 2012, (con relación a la producción (PIB); a la inflación (π); al tipo de cambio, al final del año (tc); a la tasa de interés, Cetes a 28 días, al final del año (i), y al empleo en el sector formal de la economía (Em)), son los que aparecen en el siguiente cuadro, en el cual encontramos, para tener punto de comparación, los resultados del 2010.

Cuadro I

Según los economistas encuestados por el Banco de México, y los resultados son los de la encuesta de octubre, el panorama para este 2011, y para el entrante 2012, dista mucho de ser catastrófico: no se prevé una recesión, si bien sí un menor crecimiento de la producción y una menor creación de empleos; tampoco se prevé un repunte en la inflación, ni problemas devaluatorios, ni alzas en la tasa de interés. Se prevé la situación normal en la economía mexicana: relativa estabilidad, consecuencia del manejo prudente, tanto de lo fiscal como de lo monetario, combinada con bajo crecimiento y escasa creación de empleos, al menos en el sector formal, efecto de la falta de reformas estructurales que apuntalen la competividad del país, falta de reformas estructurales que ya es uso y costumbre en México.