No tengo nada contra de los libros de papel. Han sido una compañía infaltable a lo largo de la vida –tal vez por eso no tendría miedo a hacer el ridículo si me piden responder un sencillo cuestionario de “cultura general” (lo que quiera que eso signifique)- y espero seguir disfrutando de su compañía, instructiva, amable, desafiante a veces, invariablemente placentera.

Sin embargo, encuentro que cada día más, yo y muchos otros leemos casi tanto material intelectual impreso como electrónico, a través de internet. Encuentro, también, que conforme las tecnologías de la información y de las telecomunicaciones han ido acercándonos a unos y a otros en el planeta, comprobamos que ésta es una aldea global: Vivimos las mismas inquietudes, nos apasionan las mismas discusiones, debatimos (los que no tenemos miedo a confrontar ideas) sobre los mismos asuntos. El fenómeno de los “piqueteros” en Buenos Aires es muy semejante al de otros profesionales de la protesta pública en Lima, en Caracas o en Ciudad de México. El déficit fiscal inquieta lo mismo en Washington que en Madrid. Hay quienes, paradójicamente, protestan enardecidos contra lo que podría ser la solución a sus más acuciantes problemas lo mismo en París que en Seúl.

Cada vez es más difícil –e inútil- en estos tiempos, limitarse a ser un comentarista y observador del propio terruño. Ser periodista hoy, es por necesidad ser periodista en la aldea global. De ahí que ciertos fenómenos, como el del populismo –que exploro en el libro que saldrá a la luz el lunes a primera hora- no puedan examinarse sólo desde el ángulo estrecho del entorno más inmediato físicamente, sino a lo largo y ancho de todo el planeta.

Hemos empezado, Adolfo Gutiérrez Chávez y yo, “ediciones doble e”, una aventura editorial que le apuesta a la libertad, al mercado, al talento, a las inmensas posibilidades que ofrecen la tecnología y el conocimiento científico y a la productividad, cuya clave es generar cada vez más valor para los consumidores (y más utilidades para los emprendedores) a través de la competencia y del aprovechamiento inteligente de los recursos. Si gracias a esta aventura que iniciaremos el lunes –con el primer título de “ediciones doble e”- abaratamos el conocimiento, el entretenimiento, el placer de la lectura, la discusión inteligente, habremos tenido éxito. Me atrevo a decir que ya lo estamos teniendo desde el momento que intentamos caminos distintos a los adocenados en el mundo editorial.

Para adquirir el libro a partir de lunes, y enfrascarse de inmediato en su lectura, basta ir a esta dirección en internet: www.asuntoscapitales.com .