El asunto en el primero de los videos son las invasiones de propiedades urbanas y las consiguientes “expropiaciones revolucionarias” que dictan las autoridades para dotar de vivienda, se supone, a quienes carecen de ella. Un alcalde metropolitano, identificado como Juan Barreto, ofrece declaraciones callejeras a un grupo de reporteros. Es el 7 de enero de 2006.

El alcalde “explica”: “Aquellas propiedades que hayan sido tomadas, porque la palabra invasión hay que dejársela a los ricos…”. Interrumpe su “argumentación” una reportera que pregunta: “¿Cómo se llaman las personas que no respetan la propiedad privada y entran a…” Fastidiado, el alcalde Barreto, responde: “Esas personas se llaman ladrones…pero las personas que no tienen vivienda…, (se molesta y levanta la voz)…si tú me quieres acorralar, me estás poniendo con la pared…”

-          No lo estoy acorralando, señor alcalde, le estoy preguntando, soy periodista…

-          Te voy a decir una cosa, mi vida, ese estilo no es periodístico, ¡yo te voy a contestar una cosa!, ¡deberías volver a la escuela de comunicación social!, yo doy clases ahí, ¡para que aprendas!, (abucheos y gritos de la multitud - ¿turba?- que rodea al alcalde en contra de la reportera). ¿Sabes quién es invasor?, ¡¿sabes quién es invasor?! – pregunta retador el alcalde- ¡Juan Fernández! Nosotros nos metimos a un edificio de él y conseguimos expedientes secretos de PDVSA (empresa petrolera venezolana)…

El ríspido diálogo prosigue –la reportera preguntando y el alcalde agrediéndola verbalmente con el apoyo de la chusma-, al final la reportera reclama el mal trato del alcalde y éste le grita: “¡La agresividad no es periodismo!, ¡tú no eres periodista!, ¡tú no eres periodista!, ¡tú eres una dirigente de la oposición!”. La turba empuja a la reportera y el alcalde, envalentonado, sigue su perorata: “¡A ver, allá está un bombero!, ¡mira!, oiga ¿cuántas vidas ha salvado usted? (respuesta inaudible), ¿y usted tiene casa? (respuesta inaudible) ¡¿Ves?! –le espeta el alcalde a la reportera- ¡el señor ha salvado miles de vidas y no tiene casa, pudo haber salvado tu vida, pero como no es de clase media no lo respetas!”. Todo esto en medio de empujones y de gritos cada vez más agresivos de la chusma dirigidos contra la reportera: “¡Fuera!, ¡fuera!, ¡fuera!”.

La presunta “izquierda” que,  aupada en el populismo, ha proliferado en algunos países latinoamericanos no argumenta, no debate racionalmente, sólo admite su interpretación caprichosa de las palabras (“la palabra ‘invasión’ vamos a dejársela a los ricos”), y esgrime como último argumento la amenaza de lanzar al populacho –fanatizado y violento- en contra de quien opine distinto.

¿Podría suceder en México? Bueno,… trate usted de dialogar con algunos seguidores de Andrés Manuel López Obrador.

Mañana, el segundo video.