Según las frías cifras, el Distrito Federal marcha hacia atrás, mientras que en promedio el resto del país avanza; lentamente, pero avanza. El deterioro en empleo, producción, salarios, endeudamiento público “per capita”, seguridad y otros indicadores en la capital del país parece ya una fatalidad estructural. ¿Será eso y la decadencia es inevitable?
Más allá
de los intereses electorales, que han abonado el terreno para una lamentable
guerra de cifras amañadas –en un sentido o en otro- sobre las finanzas públicas
en el Distrito Federal, están las frías cifras de desempeño económico en la
capital del país que, comparadas con las del resto del país y de las otras
entidades federativas, deberían ser motivo de seria preocupación: El Distrito
Federal retrocede mientras que el resto del país avanza, más o menos –según la
región de que se trate- pero avanza. ¿Por qué esta disparidad en los
desempeños?, ¿por qué parecería que más que motor, el Distrito Federal se ha
convertido en un lastre para el crecimiento promedio del país?
En el
período de
En ese
período, el Distrito Federal perdió 1.69 puntos porcentuales de su
participación en el PIB total del país, ya que pasó de representar –el producto
del Distrito Federal- 22.21% del PIB nacional en
Las cifras
de empleo también son preocupantes: Medido el empleo formal por el número de
asegurados permanentes en el IMSS de
Esas son
las cifras escuetas y frías. Usarlas como armas electorales, aunque legítimo,
representa el riesgo de simplificar hasta el absurdo las causas detrás de ese
deterioro que, ojo, no empezó en el año 2000 ni puede atribuirse solamente a un
cargo simplificador de “mal gobierno”. A mi juicio, y a despecho de los malos o
buenos gobiernos locales, este deterioro apunta a problemas aún más graves de
carácter estructural que intentaré explorar mañana.
EntrarTanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.