Famoso es el dicho que versa “no hay loco que coma lumbre”, en referencia política a que los radicales prometen muchas acciones temerarias para conseguir votos, pero que un vez en el poder la iluminación les impide llevar a cabo esta medidas, que muchas veces van contra el país e incluso contra sí mismos. Pero el dicho se queda corto cuando volteamos a lo que está pasando en América Latina y sus presidentes de “izquierda” o mejor conocidos como populistas.

Sólo repasemos los acontecimientos de las últimas semanas, Lula quiere salvar Varig de la quiebra, Kirchner decretó que Argentina no va a exportar carne hasta que el precio interno baje, Chávez anunció un mega ducto petrolífero de 20,000 millones de dólares, Evo nacionalizó el petróleo. ¿A alguien le sigue quedando duda de que esto locos sí comen lumbre?

Analicemos el caso Varig, la compañía está a punto de dejar de volar ya que debe el alquiler de sus aviones, de hecho muchos de sus aviones han dejado de volar por esta razón, debe impuestos, no tiene un directorio con poder, pues parte de la acciones de la compañía están en manos de un fideicomiso con el que no se pude negociar nada, en fin un desastre por sí misma. Además, su principales competidores ya la hicieron la tercera compañía de Brasil cuando hace tres años era la primera, pues el mercado internacional está en manos de TAM y el mercado nacional está lleno de líneas de bajo costo que cada vez tiene mayor participación, Gol es ya la segunda línea. Entonces ¿para qué utilizar recursos fiscales en restar a un cadáver viviente? No hacen falta más líneas o más aviones, pues el Presidente de Brasil sigue pensando en que el país requiere una línea de bandera, un símbolo nacional, y por ello los brasileños están a nada de empezar a pagar impuestos para rescatar líneas aéreas que ya no necesitan.

En Argentina el presidente no está de acuerdo con los precios de la carne, dice que está cara y por ello llamó a decretar un boicot contra la carne argentina, uno de sus principales productos de exportación, para que los precios bajen. Al no dar resultado la medida, ahora se propone a inundar el mercado argentino de la carne y con ello bajar el precio al llamar a la detención de la exportación de la carne argentina y con ello provocar la baja del precio en el interior del país. Mientras en todo el mundo nos la encarece y para colmo provocará que más argentinos no tengan dinero para comprarse una carne pues se quedarán sin empleos tanto en las ganaderías, como en los frigoríficos o los transportes de carne.

El presidente de Venezuela ha hecho pública su intención de llenar de tubos toda Sudamérica para poder vender hidrocarburos baratos a los países de la región, el costo de poner tuberías en el amazonas, los andes o los desiertos de la zona es de 20,000 millones de dólares. Esta decisión causó risa entre los países de la región que son productores, que son la mayoría, pero la decisión del presidente Chávez, no de la petrolera venezolana ni de sus posibles compradores es la que imperará. De esta forma gran parte del excedente obtenido por el país con esta racha de precios altos se va a invertir en tuberías fuera de su territorio y no en infraestructura o educación o lo que usted diga, pues la decisión es de un solo hombre.

Evo acaba de anunciar que el ejército tiene el control de la producción, las instalaciones en toda la cadena de producción de hidrocarburos. La decisión ya se esperaba desde hace días pero esto no es más que un mensaje más, se trata de Bolivia para los bolivianos por intermedio de su gobierno. De esta forma todos padeceremos de precios del petróleo más caros, los bolivianos verán desaparecer  muchos trabajos, la salida de muchos extranjeros del país y asumirán una deuda enorme que no sabemos si se pagará con esta racha de precios, pues la nacionalización deberá ser acompañada de indemnizaciones reconózcalo o no Evo Morales; sino lo reconoce pues simplemente los que le podrían comprar no lo van ha hacer.

Así las cosas lo peor de estos locos no es su falta de lógica o su desconocimiento de la economía y las consecuencias de sus acciones, sino que con estas acciones hacen tragar lumbre a todos sus ciudadanos y a uno que otro afectado en razón de la interdependencia y el intercambio, es decir, por la globalización.