La semana pasada tuve la desagradable sorpresa que el oleaginoso Al Zapanta, presidente de la Cámara de Comercio EU-México (USMCOC), entidad que tiene como misión “promover relaciones de negocios (mutuamente beneficiosas) entre México y EU,” declaró su apoyo a ¡Donald Trump!

¿Cómo es posible que Zapanta, presidente vitalicio de este organismo, declarara su más abyecta adhesión al demagogo ignorante y vulgar cuyas ocurrencias, que distan mucho de ser propuestas de política, hundirían en primer lugar a la economía de México, y después a las de EU y el resto del mundo?

No me queda claro cómo este individuo se apropió de la USMCOC que fue una exitosa iniciativa del Canciller de México Emilio O. Rabasa en 1973 para reunir a la flor del empresariado de México y EU en un esfuerzo por neutralizar el entorno nacionalista y anti-sector privado que generó la retórica y las acciones populistas del Presidente Luis Echeverría (1970-76).

En una cenáculo en el que Trump reunió, paradójicamente el mero 16 de septiembre cuando se celebra la independencia de México, a un grupo de ancianos ex-militares que se deshicieron en incoherentes elogios al charlatán, Zapanta inició su rastrero discurso con la invocación “señor Trump, gracias a Dios por usted…” 

Zapanta tuvo una larga carrera militar, alcanzó el rango de general de dos estrellas en el ejército y múltiples medallas y posiciones en la burocracia militar, pero es más conocido por su papel al frente de la USMCOC donde azuza la hoguera de las vanidades con homenajes y galardones para empresarios acaudalados y altos funcionarios de México y EU, que le abren puertas y le generan pingües ganancias.

Cada año otorga el Premio al Buen Vecino, que este año lo confirió al secretario de Seguridad Nacional de EU Jeh Johnson y al entonces secretario de Hacienda de México Luis Videgaray; al gigante de telecomunicaciones de EU, Verizon, y a Softtek, exitosa empresa regiomontana en tecnología de la información.

No cabe duda que Zapanta tiene gran habilidad para conseguir dinero de aquellos a quienes premia. En el evento citado los patrocinadores fueron Verizon y Softtek, además del Grupo Salinas, HSBC, Aeroméxico y Delta, la Cumbre de Negocios de Miguel Alemán –a quien otorgó un premio especial en 2013-, entre varios más.

Este individuo opera, según me confió uno los premiados, analizando quiénes tienen buenos prospectos de éxito empresarial o en el gobierno, se les acerca para sondear si aceptarían su invitación afirmando que ya había conseguido la de sus contrapartes del otro país, aunque ello fuera mentira.

Ya con la aceptación del primer personaje en la bolsa y por escrito, hace la invitación al otro empresario o funcionario aduciendo, ahora sí verazmente, que su contraparte ya aceptó, en un efectivo juego de espejos que le ha resultado muy lucrativo.

Como declara el propio Zapanta “somos una asociación de negocios… y operamos en los más altos niveles… las empresas que asesoramos no requieren consejo… necesitan que se les abran las puertas apropiadas, ese es realmente nuestro papel.” Es decir, lo que vende es acceso a su amplio círculo de contactos en ambos países.

También cultiva buenas relaciones con el Congreso de EU, particularmente con el Hispanic Caucus que es el comité de legisladores de origen hispano que ha estado muy involucrado en mejorar la relación bilateral. Con ellos, Zapanta solía organizar anualmente un foro para promover los beneficios del TLC de Norteamérica que supongo se cancelará en el futuro dada la oposición de Trump.

Al abrazar con entusiasmo y sin reservas la causa indefendible de Trump, Zapanta le ha dado un golpe mortal a la USMCOC, que estoy cierto empezará a perder apoyos de sus patrocinadores cuando vean que las puertas en México se le han cerrado, como estoy cierto que ocurrirá.

Así, Al Zapanta se colocó a sí mismo en la canasta de los deplorables, como los calificó Hillary Clinton.