Entre las repercusiones del huracán Katrina sobresalen la ignorancia y la demagogia respecto a los precios. Precios más altos no son sólo una manifestación de la escasez, también nos ayudan a enfrentar la situación y a regresar más rápidamente a la normalidad
Fairfax, Virginia (AIPE)- Entre las
repercusiones del huracán Katrina sobresalen la
ignorancia y la demagogia respecto a los precios. Es un hecho que el desastre
natural afectó las condiciones de escasez. Hay menos comercios abiertos, menos
viviendas, menos gasolina y nuevas evidencias de escasez surgen cada día.
Precios más altos no son sólo una manifestación de cambios en los niveles de oferta
de bienes y servicios, sino que nos ayudan a enfrentar la situación y a regresar
más rápidamente a la normalidad.
Para entender lo que sucede, tomemos el ejemplo de un hotel que cobraba
79 dólares la noche antes de la devastación producida por el huracán. Contando
con esa tarifa, una familia que tuvo que irse de su casa planeaba tomar dos habitaciones
contiguas, pero cuando fueron informados del nuevo precio de 200 dólares se
metieron todos en un solo cuarto. Para mí, eso es maravilloso. La familia optó
voluntariamente en dejar que otros ocuparan la segunda habitación. Los
demagogos dirán que están especulando con los precios, pero qué es mejor, ¿una
habitación a 200 dólares o ninguna a 79 dólares? El aumento de los precios hace
que la gente economice voluntariamente en los bienes y servicios que se han
vuelto escasos.
Luego del huracán, el precio de la gasolina se disparó en casi un dólar
por galón de la noche a la mañana. Muchos denunciaron la especulación en
precios porque los vendedores al mayor y al detal de la gasolina la habían
comprado y la tenían en sus tanques antes de la llegada del huracán. Pero la
realidad comercial es que lo que el vendedor pagó por la mercancía no
necesariamente determina el precio al que la venderá. Para explicarlo en
términos económicos: el costo histórico nada tiene que ver con el precio de
venta. Supongamos que usted siempre guarda
Y ¿qué me dice de la casa que usted compró por 50,000 dólares en 1970 y
que hoy aspira a que le paguen 250,000 dólares? ¿Es usted un bandido
especulador o está simplemente tratando de conseguir el precio que le costaría
reemplazar su casa por otra parecida?
La recuperación después de una tragedia natural significa trasladar
recursos a la zona afectada. Entonces le pregunto, ¿cómo vamos a conseguir que
electricistas, plomeros, albañiles, carpinteros, etc. dejen la comodidad de sus
casas en otros estados para irse a trabajar en la reconstrucción de Nueva
Orleáns? Si su contestación es “pagándoles más” es que usted comprende los
fundamentos de la economía. Precios y ganancias mayores son los mensajes emitidos
por las necesidades humanas y es la manera como se logra que terceros ofrezcan
los bienes y servicios requeridos por la gente.
Los políticos de ambos partidos han estado explotando descaradamente la
ignorancia y las emociones del público. El gobernador demócrata de Illinois
amenazó con demandar a las empresas petroleras. El fiscal general de Alabama,
republicano, prometió llevar a juicio a los comercios que aumenten
significativamente los precios durante el estado de emergencia. El gobierno del
presidente Bush encomendó al Departamento de Justicia
y a
Lo que tales ataques políticos no prevén es lo que entonces puede pasar
en un futuro desastre natural. ¿Quiénes van a hacer el esfuerzo necesario en
proveer bienes y servicios, sabiendo que serán perseguidos por especulación y
extorsión? Los políticos beneficiarían mucho más a la ciudadanía si concentran
sus energías en frenar la extorsión de los impuestos.
___* Profesor de economía de
EntrarTanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.