El conflicto magisterial oaxaqueño nos recuerda por qué la gran debilidad de México es la formación de capital humano. Ver cómo los seudo maestros exigen tabulaciones salariales acordes a los vicios heredados del viejo priísmo: antigüedad y negociación sindical en lo oscurito.
En medio del conflicto magisterial de Oaxaca,
calumnias, golpes bajos y pleitos de comadres entre los partidos políticos se
está peligrosamente pasando por alto el gran riesgo de que en México regresen
los esquemas populistas que tanto daño han hecho al pueblo.
El
conflicto magisterial oaxaqueño nos recuerda por qué la gran debilidad de
México es la formación de capital humano. Ver cómo los seudo maestros exigen
tabulaciones salariales acordes a los vicios heredados del viejo priísmo: antigüedad y negociación sindical en lo oscurito.
Claro, si estos seudo maestros pidieran salarios acorde a su preparación y
productividad, tendrían que tener serios descuentos en sus cheques. Por lo
pronto ya se sentaron a “negociar” y seguramente estarán preparándose para que
el próximo año, en el mes de mayo, resurja nuevamente el conflicto. El cuento del
chantaje y la mediocridad de nunca acabar. Por si esto fuera poco, hay que
agregar el chantaje sindical minero, cuyos líderes sectoriales pretenden
imponer a un ladrón al frente del gremio. Todos estos son lastres que México
arrastra y que si no se acaban, terminarán por liquidar el crecimiento
económico de México.
Para
colmo, el candidato López Obrador pretende regresar (y en su caso consolidar) a
estos viejos modelos de mediocridad y populismo. No, es hora de extirpar este
cáncer que carcome a México desde hace varias décadas.
En medio
de toda esta mediocridad, es necesario recordar por qué hay países ricos y
pobres. Ojo con esto, amigo lector, porque el discurso latinoamericano
populista afirma que son los recursos naturales la causa de que haya países
ricos y pobres. Asimismo, este discurso señala a un imperialismo imaginario de
EU (sólo en la mente de los populistas) como otro factor del subdesarrollo de
los países latinoamericanos, y en general de las naciones pobres del mundo. La
evidencia del mundo económico real desmiente contundentemente estas falaces
creencias. Las propuestas de López, además de revivir y engordar estos
argumentos, los “enriquecen” con supuestas propuestas de redistribución de la
riqueza (quitarle a los ricos para darle a los pobres) como la solución a la
pobreza. No, tampoco la evidencia internacional respalda estos argumentos. El
viejo socialismo cayó y las sociales democracias hoy día han generado costosos
estados del bienestar que inhiben el crecimiento de las empresas, pues tienen
que pagar altos impuestos para soportar este modelo de quitarle a los que más
tienen y dárselos a los que menos; una mediocridad total. Además, en este caso,
la propuesta de López es más del estilo corporativista del PRI, en donde se le
quita impuestos a la clase media para rescatar a las empresas quebradas de los
ricos. Al final los más afectados son los que tienen menos recursos.
Así como hay personas pobres y personas ricas,
también hay países pobres y países ricos. La diferencia entre países pobres y
ricos, como ya lo señalamos, no está en los recursos naturales de que disponen.
Japón tiene un territorio muy pequeño y montañoso que no sirve para la
agricultura ni la ganadería y sin embargo es la segunda potencia económica
mundial. Su territorio es como una gran fábrica flotante que importa materia
prima de todo el mundo, la procesa y el producto resultante es exportado
también a todo el mundo acumulando riquezas.
También tenemos el caso de Suiza, que sin océanos
tiene una de las mayores flotas náuticas del mundo. Que no produce cacao, pero
sí el mejor chocolate del mundo. Que en sus pocos kilómetros cuadrados cría
ovejas y cultiva el suelo sólo cuatro meses al año (ya que en los restantes es
invierno) y así tiene los productos lácteos de mejor calidad de toda Europa. Al
igual que Japón, no tiene productos naturales pero da y exporta servicios con
calidad muy difíciles de superar. Es otro país pequeño cuyo capital humano,
seguridad, orden y trabajo, lo convirtieron en la “caja fuerte” del mundo.
Tampoco es cierto el viejo argumento de que los
viejos colonizadores son ahora los ricos y los pobres son los países
colonizados. España, que fue una gran potencia colonial, era a mediados del
siglo XX una nación pobre y atrasada. Sólo la apertura de sus fronteras y la
integración al resto de los países europeos occidentales la llevó a tener hoy
el status de nación desarrollada. Portugal estuvo en una situación similar.
Francia, Italia y Bélgica, viejas potencias coloniales, hoy son potencias de
tercero y cuarto nivel. Hong-Kong,
fue colonia británica y hoy se destaca por su riqueza económica, en medio de un
territorio que no posee ninguna riqueza natural. La nación más rica del
planeta, EU, fue colonia en el pasado.
Los países ricos tampoco son los que más gasto social
destinan. Desde que Alemania, Italia, Suecia y Francia desbordaron su gasto
público para sostener a su costoso estado de bienestar, ya no crecen y de
hecho, sus ingresos per cápita comienzan a estancarse
y a ser rebasados por países cuyo gasto público es menor como Irlanda ó Nueva
Zelanda.
¿Quiénes son los países ricos? Son aquellos que respetan
los siguientes elementos:
Derechos de propiedad perfectamente
establecidos.
Esto significa que hay un respeto pleno por la propiedad privada. Esto se
traduce en que la población posee, usufructúa y transfiere la mayor parte de
los recursos naturales de estas naciones ricas. Por supuesto, no hay
expropiaciones caprichosas.
Entorno institucional sólido. En estos países se respeta
la ley, empezando por los gobernantes. Hay un entramado institucional que hace
coercitivo el cumplimiento de los derechos de propiedad acompañado de un
sistema eficiente y transparente de impartición de
justicia. Por supuesto, no hay delincuentes de cuello blanco en libertad.
Estabilidad macroeconómica y
financiera.
Mediante bancos centrales autónomos (autónomos del gobierno, pero sujetos al
escrutinio del Congreso) los países ricos cumplen con el primer requisito
necesario para que haya crecimiento económico: estabilidad de precios
(inflación controlada de 2, máximo 3%). Asimismo, hay un manejo de deuda
responsable; el Congreso actúa como un verdadero contrapeso al ejecutivo y pone
límites a endeudamientos irresponsables.
Régimen de inversión atractivo. Las leyes de estos países
fomentan la acumulación de capital mediante el estímulo a la inversión privada
en todos los sectores de la economía. Esto hace que estas naciones sean
importantes receptoras de inversión extranjera directa. No hay monopolios
gubernamentales al estilo de PEMEX y CFE.
Impuestos bajos y parejos. Los sistemas fiscales de
estos países, además de ser eficientes son fáciles de interpretar, por lo que
las personas y las empresas encuentran que es sencillo y de bajo costo pagar
impuestos. Asimismo, las tasas del impuesto sobre la renta son bajas, menores
al 20% (a veces menores al 15). Por supuesto no hay exenciones para nadie.
Economía y cuentas de capital
abiertas. En
estos países hay libertad económica que se compagina con mercados abiertos al
exterior, es decir, hay muy bajos aranceles sobre los productos extranjeros o
la mayoría de las veces ni existen. Asimismo, la mayoría tiene regímenes
cambiarios de libre flotación, lo que desincentiva la entrada de capital
especulativo, y en cambio, estimula la inversión extranjera directa, la que
crea empleos y es de largo plazo.
Legislación laboral moderna. La legislación laboral en
los países ricos antepone sobre todo la capacitación y la productividad como
criterios para remunerar a los trabajadores. Contrario a los países pobres, la
remuneración del factor trabajo no depende de ningún decreto gubernamental, salario
mínimo ó de asignaciones de transferencias que se le tuvieron que quitar a otro
agente productivo.
Restricciones a los buscadores de
rentas. En
las naciones ricas las leyes limitan a grupos de poder; sean sindicatos
empresariales ó de trabajadores, la ley los limita para que no abusen del
contribuyente como lo hacen impunemente en México. No existe la fauna sindical
oscura que hay en México. Hay grupos de poder, pero limitados por la ley.
Sistema político moderno. El sistema político,
mediante sus partidos, en los países ricos no realiza los derroches de dinero
que hacen los partidos políticos en México. No hay diputados ni senadores plurinominales (políticos parasitarios que no ganaron su
lugar por voluntad del electorado sino por compadrazgo con las cúpulas de los
partidos). Asimismo, hay reelección, lo que incentiva a atraer a buenos,
preparados y eficientes políticos y no a la fauna política que pulula en
México. Finalmente, los sistemas políticos de las naciones ricas se
caracterizan por su estricta rendición de cuentas al contribuyente. No hay Bejaranos,
ni Imaz, ni Ahumadas.
Sistema de educación básica
eficiente.
Los países ricos enfocan sus recursos fiscales no a la educación superior como
en México, sino a fortalecer su educación básica (primaria y secundaria). Los
planes de estudio y los profesores están rigurosamente preparados y no hay
grillas sindicales. No hay por supuesto, universidades gratis, aunque sean
públicas. Si México no reforma su obsoleto, centralista y sindicalizado sistema
educativo, no le alcanzará para ser competitivo a nivel mundial.
México ha avanzado en algunos de los puntos arriba
mencionados (los menos), pero necesita aún más intensificar el paso hacia las
reformas que le den al país desarrollo sustentable en el largo plazo. El
objetivo supremo debe ser la creación de riqueza, no la redistribución con
desequilibrios fiscales que sólo generan deuda, fuga de capitales y
devaluación.
El proyecto de López desprecia la estabilidad (uno de
los puntos que mucho le ha costado México lograr). El proyecto de López no
persigue en modo alguno el llevar a cabo el resto de los puntos arriba
mencionados, que como ya vimos es el camino que han tomado las naciones para
llegar a ser ricas. El proyecto de López más bien mira hacia los modelos de
Bolivia, Venezuela y Cuba. ¿Quiere usted proyectos de nación que miren al sur
subdesarrollado amigo lector? Tiene usted su voto para decidirlo.
EntrarTanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.