El desempeño de la economía debe medirse a nivel de la economía familiar, en función del empleo, el ingreso, el consumo y el poder adquisitivo del dinero. ¿Cómo vamos?

Del 29 de febrero al 13 de marzo, antes de que el coronavirus y el aislamiento comenzaran a pegarle a la economía, el empleo formal (puestos de trabajo registrados en el IMSS) aumentó en 67 mil 440 plazas. Del 14 de marzo al 6 de abril, ya con los golpes encima, se redujo en 346 mil 878 plazas. Para darnos una idea de la magnitud del problema: en 2019 se crearon, en el sector formal, 342 mil 077 puestos de trabajo. Lo poco que se avanzó en 2019 ya se perdió en lo que va del 2020.

En materia de ingreso habrá que esperar a que el próximo 30 de abril el INEGI publique la estimación oportuna del Producto Interno Bruto, para el primer trimestre del año, que mide, tanto la producción de bienes y servicios para el consumo final, como la generación de ingresos relacionada con esa producción. Lo que sabemos es que será negativa (menor que la de hace un año). Lo que está por verse es por cuánto (y no será poco).

En lo que al consumo respecta, medido por la compra de bienes y servicios de las familias residentes en el país, sin contar la adquisición de vivienda y objetos lujosos, tenemos que en enero del 2019 aumentó, en términos anuales, 2.3 por ciento. Un año después, en enero de 2020, último mes para el que tenemos información, aumentó solamente 0.3 por ciento, con clara tendencia a la baja: 1.1 en noviembre; 0.4 en diciembre; 0.3 en enero.

En materia del poder adquisitivo de nuestro dinero, ésta fue la inflación en los meses recientes: diciembre, 2.83 por ciento; enero, 3.24; febrero, 3.70; marzo, 3.25. Lo malo: no se mantuvo por debajo del 3.0 por ciento. Lo bueno: después de los repuntes de enero y febrero en marzo la inflación resultó menor, lo cual quiere decir que la pérdida del poder adquisitivo de nuestro dinero fue menor, de los males el menor. (Entre enero de 2001 y marzo de 2020, con una inflación promedio anual de 4.08 por ciento, se acumuló una inflación del 121.16 por ciento).

El consumo depende del empleo y el ingreso, y, en muchos casos, el empleo y el ingreso dependen de la inversión directa, que produce bienes y servicios, crea empleos y genera ingresos, de la cual forma parte importante la inversión en instalaciones, maquinaria y equipo, que en enero pasado, último mes para el que tenemos información, en términos anuales, decreció 9.2 por ciento, la cifra más preocupante de todas las aquí mencionadas, con clara tendencia a la baja: noviembre, menos 2.9; diciembre, menos 3.4; enero, menos 9.2.

PD. En los meses recientes éste fue el comportamiento de la actividad industrial: diciembre, menos 1.0 por ciento; enero, menos 1.9; febrero, menos 3.5.