"El proyecto de una educación nacional debe ser sistemáticamente desalentado, por cuenta de su obvia alianza con el gobierno nacional. Esta es una alianza de naturaleza más formidable que la vieja y muy cuestionada alianza Iglesia y Estado.”
Siempre que se
habla de algún proyecto nacional, desde educativo hasta energético, desde
deportivo hasta cultural, desde empresarial hasta ambiental, con todos los
etcéteras que vengan al caso, de lo que realmente se está hablando es de un
proyecto gubernamental, ¡algo muy distinto!, con todos los peligros que ese
proyecto, único, trae consigo, sobre todo en términos de libertad individual,
peligros que, cuando de la educación se trata, se multiplican, peligros que claramente
vio Godwin.
Lo primero que
hay que tener claro es que, sin su imposición de parte del gobierno, ningún
proyecto educativo nacional, si por tal entendemos la misma educación para
todos los nacionales, es posible, ya que sin la imposición de un único proyecto
educativo, lo que habrá será una multitud de proyectos, los de todos aquellos
que quieran educar a las personas. Proyecto educativo nacional es sinónimo de
proyecto educativo único, y proyecto educativo único es sinónimo de proyecto
educativo gubernamental, de tal manera que proyecto educativo nacional es lo
mismo que proyecto educativo gubernamental, que se justifica, dirán algunos, sí,
y sólo sí, el gobierno tiene el mejor proyecto educativo, lo cual plantea el
problema de responder a la pregunta ¿cuál es el mejor proyecto educativo?,
siendo que, ¡obviamente!, no hay una sola respuesta, motivo por el cual debe
haber cuantos proyectos educativos pueda haber, olvidándose del proyecto
educativo nacional, que es proyecto educativo único, que es proyecto educativo
gubernamental, que más que proyecto educativo termina siendo programa de
adoctrinamiento, algo muy distinto.
El gobierno debe
gobernar, y gobernar es prohibir que nos hagamos daño los unos a los otros y,
de fallar la prohibición, castigar a quien dañe a otro y resarcir a quien
resulte dañado, nada de lo cual tiene que ver con la tarea de educar, que deben
llevarla a cabo los gobernados, no los gobernantes, gobernados que se hayan
perdidos si creen que el gobierno, y no ellos, es el responsable de la
educación, por lo que se requiere un proyecto educativo nacional, que es único,
que es gubernamental, y que forma parte sustancial de algo más amplio a la vez
que profundo, ¡el proyecto de nación!, que incluye, ¡obviamente!, un proyecto
educativo nacional, y que lo incluye como una de sus partes esenciales.
Al respecto hay
que decir que lo que va con la libertad individual no es un proyecto de nación,
que será un proyecto único, que será un proyecto gubernamental, sino una nación
en la cual cada quien, respetando los derechos de los demás, sin ningún
privilegio gubernamental, y responsabilizándose por las consecuencias de sus
decisiones, elecciones y acciones, pueda establecer y sacar adelante sus
propios proyectos, sin que ningún proyecto nacional, que será un proyecto
único, que será un proyecto gubernamental, ¡que será por su propia naturaleza
un proyecto que elimina la libertad individual!, se lo impida.
La única alianza
del gobierno debe ser con la tarea de gobernar, no con la educación, no con la
economía, no con la cultura, no con el deporte, no con el largo etcétera que
viene a cuento, ya que cualquier alianza del gobierno con algo más que la tarea
de gobernar tiende al proyecto nacional, que será único, que será
gubernamental, que eliminará la libertad individual y, con ella, todos los
beneficios que trae consigo.
Por ello, pongamos el
punto sobre la i.
Tanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.
Tanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.
Si necesitamos un Estado para combatir otro Estado, por regresión, ¿cómo se justifica la existencia del primer Estado?
Los enemigos de la libertad –de izquierda, derecha o centro– tienen un denominador común: la fe en el Estado.
De la ley nace la seguridad.