La frase de Castro muestra una de dos: o lo mentiroso o lo ignorante que es. Mentiroso si, sabiendo lo que es el capitalismo, dice lo que dice. Ignorante si, diciendo lo que dice, no sabe lo que es el capitalismo.

¿Qué es el capitalismo? Según el diccionario, el capitalismo es el régimen económico fundado en el predominio del capital como elemento de producción y creador de riqueza, definición que nos plantea la pregunta ¿qué es el capital? Nuevamente, según el diccionario, el capital es el factor de producción constituido por inmuebles, maquinaria o instalaciones de cualquier género, que, en colaboración con otros factores, principalmente el trabajo, se destina a la producción de bienes. Eso es, según la definición que da el diccionario, el capital y el capitalismo, definiciones que, como sucede a menudo, sobre todo cuando de términos económicos se trata, dejan que desear, en este caso por no hacer referencia a la esencia del capitalismo.

Entonces, ¿cómo se define, esencialmente, al capitalismo? Como el sistema económico basado en la libertad individual para trabajar, emprender, invertir, producir, distribuir, ofrecer, intercambiar, consumir y ahorrar, y en la propiedad privada sobre los ingresos, el patrimonio y los medios de producción, propiedad y libertad que, limitadas únicamente por el respeto a la libertad y propiedad de los demás, dan como resultado la mayor competencia posible, en todos los sectores de la actividad económica, y en todos los mercados de la economía, todo ello en beneficio de los consumidores, lo cual nos lleva a la conclusión de que el capitalismo, el verdadero, no sus caricaturas, consiste en el sistema económico que opera en beneficio de los consumidores, lo cual no quiere decir, porque no puede ser, que ese beneficio sea gratuito (sin precio para los consumidores), ni universal (disponible para todos los consumidores).

La esencia del capitalismo es el respeto a la libertad individual y, por lo tanto, la aceptación de las dos erres que le son inseparables: la erre del riesgo y la erre de la responsabilidad, responsabilidad de cada quien para, con trabajo, sacar el mayor provecho posible de dicho sistema económico, riesgo de, pese al esfuerzo realizado, no conseguirlo, lo cual quiere decir, uno, que el capitalismo no regala nada y, dos, que tampoco garantiza nada, siendo todo resultado del trabajo, potenciado por el ejercicio de la libertad individual y el uso de la propiedad privada, los dos pilares del capitalismo.

Al mentiroso o ignorante Castro hay que decirle que, efectivamente, el capitalismo no garantiza empleo a nadie, ya que el empleo de cada quien depende de cada cual; que, ciertamente, tampoco garantiza, ni salud, ni educación, educación y salud de cada cual que dependen de cada quien; que los vicios no dependen del sistema económico, capitalista o cualquier otro, sino del carácter moral de cada quien. A ese ignorante o mentiroso hay que decirle que en el capitalismo nada se le da gratis a nadie, y que lo mucho o poco que cada cual consigue (nada se da) depende del esfuerzo de cada cual (nada se da gratis) y que eso es lo que va con la dignidad de la persona: ganarse la vida, no que se la regalen, regalo que, al final de cuentas, resulta imposible, ¡y que le pregunten a los cubanos! A Castro el mentiroso hay que desenmascararlo, a Castro el ignorante hay que enseñarle, y al capitalismo, para que cada cual pueda sacar del ejercicio de su libertad, y del uso de su propiedad, el mayor provecho del que sea capaz, hay que dejarlo funcionar, funcionamiento que, en general, deja mucho que desear. El país más capitalista, en función del respeto a la libertad individual, sobre todo en el campo de la economía, es Hong Kong, con una calificación de 8.9. La nación más capitalista, en función del respeto a la propiedad privada, también en el campo de la actividad económica, es Finlandia, con una calificación de 8.6. ¡No hay país que alcance el diez!

Por ello, pongamos el punto sobre la i.