¿Qué es más conveniente para los casos en los cuales, entre dos o más naciones, hay libre comercio? ¿Que cada país tenga su propia moneda o que todos los países usen una misma moneda? Los creadores de la Unión Europea consideraron más conveniente la primera opción, y prueba de ello es el Euro, la moneda oficial en diecisiete de las veintisiete naciones integrantes de la mentada unión, diecisiete países que componen la Eurozona. ¿Es el Euro, en esencia, una mejor moneda que las que se intercambiaban por bienes y servicios antes de la creación de la Eurozona? No, ya que, esencialmente, es el mismo tipo de dinero, que sintetiza lo peor de tres mundos: 1) el mundo del dinero fiduciario, sin respaldo de ningún tipo, sin valor intrínseco; 2) el mundo del dinero fiduciario ofrecido mopólicamente por una entidad mega estatal, el Banco Central Europeo; 3) el mundo del dinero fiduciario, ofrecido mopólicamente por una entidad mega estatal, e impuesto por ley, es decir: por la fuerza, como única moneda de curso legal.

El Euro es el resultado, no del mercado, es decir, de las decisiones y elecciones de millones de seres humanos que, por conveniencia, y a lo largo de un proceso de prueba - error - acierto, eligieron, como medio de intercambio, una determinada moneda, sino de la decisión de gobernantes quienes, convencidos de que se trata de lo mejor, impusieron a millones de seres humanos un solo medio de intercambio, el Euro, que puede magnificar los excesos y defectos del dinero manipulado (esta es la palabra correcta: manipular) por los bancos centrales nacionales, desplazados por un banco central meta nacional y, por ello, mega estatal.

¿Quiere decir lo anterior que entonces la opción, para los países entre los cuales se practica el libre comercio, es la primera, la que supone que cada país tenga su propia moneda? No, ya que hay otra opción, mejor que las anteriores, y que es la propuesta por Hayek, conocida como la desnacionalización del dinero, desnacionalización que en realidad es la desgubernamentalización, desgubernamentalización que no es otra cosa que la desmonopolización de la oferta monetaria, lo cual supone, sintetizo la propuesta hayekiana, que cualquier moneda pueda usarse en cualquier país, reconociendo la libertad de los agentes económicos para elegir la moneda con la cual quieran llevar a cabo sus transacciones, lo cual no supone eliminar a los banco centrales como emisores de dinero, pero sí, ¡algo mucho más importante!, sujetarlos a la disciplina de la competencia, lo cual los obligaría a producir dinero de mayor calidad, lo cual quiere decir con poder adquisitivo constante, ¡o en una de esas creciente!, lo cual es condición necesaria para el ahorro, ahorro del cual salen los recursos para la inversión, inversión que hace posible producir más y mejores bienes y servicios para un mayor número de gente, es decir, mayor progreso económico.

La propuesta de Hayek supone, como él mismo lo señala, 1) la abolición de cualquier control de cambios y la eliminación de cualquier regulación de los movimientos de dinero; 2) la libertad para usar el dinero que más convenga para el intercambio, para la redacción de contratos y para la contabilidad; 3) la oportunidad para cualquier banco de abrir sucursales en cualquiera de los países que integran el área de libre comercio. ¿De qué se trata? De respetar la libertad individual en materia monetaria y, por ello, de generar la mayor competencia posible en la producción y oferta de dinero, algo que los gobiernos, y sus bancos centrales (por más autónomos que sean) no están dispuestos a aceptar, y muestra de ello lo es el banco Central Europeo y su producto: el Euro.

Por ello, pongamos el punto sobre la i.